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Condenada por asesinato una mujer en EE UU porque sus perros mataron a una vecina

Enric González

Una californiana de 46 años fue declarada el jueves culpable de asesinato en segundo grado porque sus perros causaron la muerte de una mujer en 2001. La durísima sentencia pronunciada por un jurado de Los Ángeles puede hacer que Marjorie Knoeller pase el resto de su vida en prisión. Su marido, Robert Noel, de 60 años, culpable de homicidio involuntario, cumplirá al menos cuatro años. La conclusión del juicio contra Knoeller y Noel eleva al máximo en EE UU el listón de la responsabilidad para dueños de perros peligrosos.

El comportamiento posterior de los dueños de los perros fue lamentable. Whipple murió en San Francisco, pero el juicio tuvo que ser trasladado a Los Ángeles porque en la primera ciudad resultaba casi imposible reunir un jurado que no hubiera condenado de antemano a ambos acusados.

Los hechos ocurrieron el 26 de enero de 2001. Diane Whipple, una preparadora física de 33 años, había comprado comida en un supermercado y se acercaba a la puerta de su apartamento cuando Bane y Nera, dos perros de raza presa canario, de casi 50 kilos de peso cada uno, se arrojaron sobre ella. Cuando al cabo de unos minutos llegó la policía, alertada por una vecina, encontró a Whipple totalmente desnuda y cubierta de sangre, arrastrándose por el pasillo y tratando aún de alcanzar la puerta de su apartamento. Murió poco después, con la garganta destrozada.

El auténtico dueño

Bane y Nera no pertenecían a Knoeller y Noel, sino a Paul Schneider y Dale Bretches, dos neofascistas que dirigían un negocio de cría de perros de pelea desde la cárcel donde cumplían varias condenas. Knoeller y Noel, abogados, les habían defendido ante los tribunales y habían adoptado a dos de sus perros. Después también adoptaron legalmente a Schneider, condenado a pasar el resto de su vida en una penitenciaría.

La íntima relación de la pareja de abogados con personajes como Schneider contribuyó a exacerbar la antipatía pública hacia ellos. El mismo efecto tuvo su comparecencia, mientras permanecían en libertad bajo fianza, en un popular programa de televisión en el que prácticamente acusaron a la víctima de haber causado su propia muerte y exhibieron una indiferencia escalofriante ante el destino de Diane Whipple. El colmo fue que atribuyeran el escándalo causado por los hechos a una 'campaña lanzada por organizaciones de homosexuales', dado que Whipple era lesbiana. Durante el juicio mantuvieron una actitud similar.

Los fiscales presentaron a 40 testigos, varios ellos víctimas de anteriores ataques de los perros, que corroboraron que la peligrosidad de Bane y Nera era pública y notoria en el barrio de Pacific Heights. Eso pulverizó uno de los argumentos de la defensa, consistente en que la pareja desconocía que los dos presa canario, una de las razas más agresivas que existen, prohibida en países como el Reino Unido, comportaran algún riesgo.

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