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Miles de personas se alzan contra ETA en la manifestación multitudinaria de Orio

Amigos de Juan Priede y dirigentes socialistas llaman a la rebelión pacífica contra la violencia

Maribel Marín Yarza

'Debemos reaccionar. ¿Se puede tolerar que maten a un vecino? ¿Se puede tolerar que maten a cualquier persona? No se puede seguir mirando hacia otro lado'. Ése era el texto que se podía leer ayer en los cientos de octavillas distribuidas en Orio por los amigos de Juan Priede, el concejal socialista asesinado el jueves por ETA. La respuesta a ese crimen fue una invitación a la rebelión por parte de los allegados de Priede, el silencio de desprecio a los terroristas en las concentraciones contra ETA y una manifestación que aglutinó a los partidos y unió a los tres sectores socialistas en una única familia.

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Tema:: La ofensiva terrorista
Gráfico animado:: Reconstrucción del atentado de Orio
Cartas:: La ofensiva de ETA

Las manifestaciones de condena a cada atentado parecen haberse convertido en un ritual. Pero no lo son. 'Cada vez recorren las calles de un pueblo, cada vez tocan el sentimiento de alguien que antes se sentía ajeno a la amenaza terrorista. ETA consigue concienciar y volver a más gente en su contra'. Un vecino de Orio hacía ayer esta reflexión cuando ciudadanos y políticos de todos los partidos vascos, a excepción de Batasuna, se preparaban para echar a andar por las calles del pueblo para repudiar el último atentado mortal de la banda terrorista.

Frente a él, la alcaldesa de la localidad, Mirari Arruabarrena (PNV); el lehendakari, Juan José Ibarretxe; el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada; el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el diputado socialista Ramón Jáuregui, entre otros, sostenían la pancarta de la manifestación con un escueto mensaje: ETA no, paz y libertad. Guardaban silencio en la plaza del pueblo junto a los escoltas, que les recordaban con su presencia que ellos corren también el riesgo de ser próximos objetivos de la banda.

La rabia y la indignación callada recorrieron las calles de Orio hasta volver al punto de partida y convertirse en una llamada a la rebelión. Primero, la alcaldesa, en euskera, y después el secretario general de los socialistas guipuzcoanos, Manuel Huertas, en castellano, pidieron a la sociedad que reaccione pacíficamente contra el terrorismo y por la libertad. 'Que nadie mire para otro lado', exigió el dirigente socialista, 'para luchar contra el totalitarismo'. El asesinato de Juan Priede, dijo, 'nos devuelve a la realidad del País Vasco. No existe libertad política para los que no somos nacionalistas', subrayó.

Retazos de su discurso podrían haberse confundido con la homilia pronunciada por el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, por boca del vicario de la diócesis, Félix Azurmendi, durante el funeral por la muerte del edil. 'No se puede amedrentar a nuestros concejales sembrando en ellos la explicable tentación de abandonar sus puestos', dijo el prelado, porque 'atenta contra el cimiento mismo del sistema democrático'. En el interior de la parroquia de San Nicolás, la familia de Priede lloraba su muerte, arropada por los políticos. 'No se puede destrozar a una familia, marcándola para siempre con un inmenso sufrimiento y obligándola a luchar continuamente contra una espontánea tentación de resentimiento', denunció Uriarte. Pero la del único concejal socialista de Orio, ya no puede hacer nada para evitarlo.

El <b></b><i>lehendakari,</i> Juan José Ibarretxe, conversa con el el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la manifestación de anoche en Orio.
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, conversa con el el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la manifestación de anoche en Orio.SANTOS CIRILO

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