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Las Brigadas Rojas se atribuyen el asesinato del asesor de Trabajo

Decenas de miles de personas se concentraron ayer en silencio en la plaza Maggiore de Bolonia y en otras ciudades italianas para mostrar su repulsa por el atentado que costó la vida el martes al economista Marco Biagi, de 52 años, asesor del ministro de Trabajo, Roberto Maroni. Un ataque perpetrado con extraordinaria eficacia por un comando terrorista al filo de las ocho de la tarde, ante la puerta del domicilio del profesor de Derecho del Trabajo, en el centro de Bolonia. Las Brigadas Rojas, Partido Comunista Combatiente, se responsabilizaron ayer del atentado en una llamada telefónica al diario boloñés Il resto del Carlino. El ministro de Interior, Claudio Scajola, atribuyó ayer el asesinato al grupo de guerrilla urbana. Los investigadores creen que se usó la misma arma utilizada para asesinar a Massimo D'Antona en 1999.

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La reivindicación viene a confirmar las sospechas iniciales de la policía y del Gobierno que desde el primer momento pensaron en la trama terrorista como la responsable de este nuevo crimen. Ayer, el ministro del Interior, Claudio Scajola, declaró en el Parlamento que el asesinato de Biagi 'es un acto gravísimo que revela la activa e insidiosa persistencia de un fenómeno terrorista que aparece y desaparece'. El momento escogido por los terroristas para reaparecer en escena no puede ser más delicado, debido a la fuerte tensión que existe entre los sindicatos y el Gobierno de Silvio Berlusconi, que hace menos de una semana aprobó una reforma laboral que deja sin efecto, en varios supuestos, el artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, y facilita el despido libre.

El sindicato ex comunista CGIL, el más poderoso de los italianos, había convocado una manifestación de protesta el sábado y estaba a punto de acordar de común acuerdo con el sindicato católico CSIL, y con el más moderado UIL, una huelga general en defensa del artículo 18, para mediados de mes. Ante la nueva situación creada, los líderes sindicales decidieron ayer convocar una nueva manifestación el 27 de marzo contra el terrorismo. Ese día decidirán la fecha de la huelga general contra el Gobierno, que ayer decidieron mantener en pie. El secretario general de CGIL, Sergio Cofferati, anunció que se mantendrá también la manifestación de defensa del artículo 18 el próximo sábado.

El atentado contra Biagi es casi idéntico al que costó la vida a Massimo D'Antona, asesor de otro ministro de Trabajo, Antonio Bassolino, el 20 de mayo de 1999. En el caso de Biagi, el economista regresaba a casa en bicicleta cuando fue sorprendido. Una motocicleta con dos personas se le aproximó cuando se disponía a entrar en su casa, en el centro de Bolonia, y uno de los ocupantes disparó cuatro tiros contra él; dos le alcanzaron en la nuca. Biagi era un economista liberal, un profesor reformista que había contribuido a redactar el Libro Blanco del Trabajo y defendía la reforma laboral en sus artículos publicados en el diario económico Il Sole 24 Ore, el último aparecido el día antes de su asesinato. Biagi se encontraba en el ojo del huracán por su papel en la reforma laboral Y se sentía amenazado hasta el punto de que el ministro Maroni reclamó que se le restituyera la escolta anteriormente retirada.

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