Bossi culpa a la izquierda del clima político que llevó al asesinato de Biagi
El líder de la Liga Norte cree que la oposición de los sindicatos y los partidos de izquierda a la reforma laboral contribuye a la "violencia política"
El líder de la Liga Norte italiana, Umberto Bossi, considera que la izquierda italiana ha creado, con sus fuertes críticas y descalificaciones del Gobierno, un clima de "violencia política" que ha originado el asesinato el pasado martes en Bolonia del economista Marco Biagi, reivindicado ayer por las Brigadas Rojas.
Para hacer frente a esta situación, Bossi apuesta por que el Gobierno continúe con las reformas previstas, para no crear la imagen de un Ejecutivo "débil", algo que "abre el camino al terrorismo".
En una entrevista concedida al diario La Repubblica, Umberto Bossi acusa a la izquierda italiana de "hablar sin pensar de nazismo y fascismo", algo que, a su juicio, provoca un resurgimiento del terrorismo, indicando que ambos hechos pueden tener relación, aunque aclarando que no está hablando de que efectivamente en este caso haya una relación entre ambas, sino de que puede haberlo.
A su juicio, lo que hay es una un "clima de aversión contra todos aquellos que quieren cambiar, quien quiere cambiar es asesinado y emerge el terrorismo".
Respecto al centro de la actual polémica entre el Gobierno italiano y los principales sindicatos -la reforma laboral, específicamente del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores que obliga al reingreso en una empresa de un trabajador despedido injustamente-, Bossi asegura que los sindicatos y la izquierda están haciendo interpretaciones de la misma que no se corresponden con la realidad, creando un clima de "violencia política".
El líder de la Liga Norte achaca especialmente a una de las grandes centrales sindicales italianas, el CGIL, el haber creado un clima contrario a la reforma laboral prevista por el Gobierno, especialmente contra el asesinado Biagi, "cuyo nombre recibió silbidos durante el congreso del CGIL". Asimismo, la considera responsable de la caída del primer ministro de izquierdas Massimo D'Alema, quien "cuando quiso cambiar, fueron ellos mismos quienes le bloquearon".
A su juicio, la forma de poner fin a esta situación es que "el Gobierno debe ser duro, sólido como una roca, pero esto es algo fácil de decir". Además, indica que dentro de la coalición en el poder "hay gente que puede dar la idea de que el Gobierno no tiene el temple suficiente para llevar a cabo las reformas". A su juicio, cualquier vía que no sea el mantenimiento de las reformas "son caminos que llevan al fango".
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