Mil desesperados más
La arribada a las costas sicilianas del mercante Mónica con su desesperada carga de casi mil kurdos iraquíes, el grupo más numeroso llegado a Italia en cinco años, vuelve a poner de relieve que los reflejos europeos van muy por detrás de un fenómeno al que no cabe detener con medidas de orden público o barreras físicas o burocráticas. El Mediterráneo es, en este sentido, la puerta de entrada a Europa, por Italia o España, del tráfico humano sin horizontes que proviene de África, Oriente Próximo o Asia Central.
La rapidez e intensidad del hecho inmigratorio rompe las cautelas de las que se ha dotado la UE en tanto se adopta una política común, para la que se ha dado de ilusorio plazo hasta el año 2005. Esa misma lentitud de los líderes comunitarios para articular respuestas coherentes que detengan la masiva llegada clandestina a sus fronteras sirve además de abono a las posiciones más demagógicas.
En Italia, el ministro Umberto Bossi, socio de la coalición derechista gobernante, ha bramado contra el 'coladero' y exigido que los recién llegados sean repatriados inmediatamente. La destemplada xenofobia del líder de la ex secesionista Liga Norte, matizada por el titular de Interior y banalizada en aras del temperamento por Silvio Berlusconi, no oculta el hecho de la división gubernamental ante la primera llegada masiva de inmigrantes que afronta Il Cavaliere desde que tomara el poder en junio pasado. El Gobierno de Berlusconi, que promete medidas de urgencia, tiene en el Parlamento un proyecto de ley que refuerza los poderes de patrulla de la Armada y autoriza a los jueces a repatriar inmediatamente a los llegados sin contrato de trabajo, más de 20.000 el año pasado.
En Europa aumentan los políticos envalentonados en su xenofobia por el temor social al desbordamiento de los que nada tienen. Clásicos son Le Pen o Haider. Pero recientemente, en Holanda, tierra de tolerancia, han sonado las alarmas cuando un desconocido que pide el final de la inmigración musulmana ha obtenido un tercio de los escaños en las elecciones locales de Rotterdam. El partido de Pim Fortuyn es el segundo en los sondeos ante las legislativas de mayo.
De la magnitud del reto al que se enfrenta la UE da idea cabal el hecho de que más de 400.000 personas que huían de sus variados infiernos de origen llamaron a sus puertas el año 2000 pidiendo asilo. El fenómeno se agrava porque el comercio de seres humanos se ha convertido en un negocio tan lucrativo como las drogas o el tráfico de armas.
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