Una de cada tres familias catalanas vive de las pensiones de sus jubilados
Un informe alerta del 'acelerado' envejecimiento de la población
El informe señala que el descenso de la natalidad y la prolongación de la esperanza de vida están contribuyendo a dibujar una nueva realidad sociodemográfica que se acentúa con el paso de los años. El envejecimiento de la población aumenta a un ritmo ininterrumpido. Hace dos décadas había en España 4,5 millones de personas mayores de 65 años, lo que equivalía al 12,2% del total de la población. Estas cifras ascendieron hasta 7,3 millones, el 18,7%, el año pasado.
Claramente por encima de la media española, Cataluña es una de las comunidades autónomas que concentran más población de edad avanzada, después de Asturias, Castilla y León, La Rioja y Galicia, destaca el informe de Caixa Catalunya. El 21,8% de los catalanes -más de 1.310.000- supera los 65 años y el 90% de ellos no ejerce ninguna actividad económica. La mayor parte, el 57%, tiene entre 65 y 74 años, y los mayores de 85 representan el 9,5%. Las mujeres son mayoría en este colectivo, ya que suponen el 57% del total.
El informe destaca que el progresivo envejecimiento de la población ha ido acompañado de un incremento del número de hogares que dependen básicamente de los ingresos de personas que tienen 65 años o más. En Cataluña se encuentra en esta situación el 36,9% de las familias, un porcentaje superior al del conjunto de España, que es el 34,2% de los hogares.
De las 800.000 familias catalanas en las que los ingresos de un jubilado son esenciales, en el 11,8% el cónyuge de éste tiene menos de 65 años, en el 10,4% viven otras personas menores de 65 años pero no jubiladas y en el 0,1% hay niños.
Tres comunidades tienen más hogares que Cataluña donde los ingresos de las personas mayores son básicos para su sustento. Se trata de Asturias (42,1%), Castilla y León (40,6%) y Galicia (40%). En el otro extremo, en Canarias esta realidad representa el 26,3% del total de las familias, y la siguen Baleares (28,9%) y Madrid (29,5%).
En Cataluña, el informe ofrece un perfil de estos hogares: familias con 2,2 personas de media, principalmente de edad avanzada y en las que casi no tienen presencia los niños, los jóvenes ni los adultos menores de 65 años. El 44,5% de estos núcleos familiares los constituyen matrimonios en los que ambos cónyuges están jubilados, mientras que en el 32,1% de los casos se trata de personas ancianas que viven solas.
El informe se hace eco también del bajo nivel educativo de este colectivo, que achaca a las carencias y los retrasos del sistema escolar durante la guerra civil española y después de ella. A pesar de ello, los catalanes de edad avanzada obtienen mejores resultados en este sentido que el resto de los españoles. El 48,2% han finalizado los estudios primarios -la media es del 40,9%- y el 40,4% no tiene ningún tipo de estudio, frente al 48% del conjunto de España.
A partir del análisis de estos datos, el estudio avanza algunas de las consecuencias de carácter socioeconómico derivadas del envejecimiento de la población. Así, advierte de cierta moderación en el crecimiento del consumo, que se asocia a la población joven, además de una caída de los ingresos públicos al reducirse la recaudación de impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social.
La falta de mano de obra es otra de las consecuencias señaladas en el estudio, que destaca cambios en los gastos familiares, los cuales se concentrarán sobre todo en las necesidades de los ancianos, como la sanidad, mientras que caerán en ámbitos como la educación, la vivienda y los vehículos.
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