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Guevara afirma que el PNV hizo una opción 'estratégica' al elegir la vía del Estatuto y no la autoderminación

El Estatuto sigue sirviendo: ni está muerto u obsoleto, como defienden parte de las fuerzas nacionalistas, ni tampoco cerrado y completo, como afirman el PP y el Gobierno central. Así lo defendió ayer Emilio Guevara en la Comisión de Autogobierno del Parlamento. El ex diputado general de Álava, ex parlamentario del PNV, recientemente expulsado de ese partido, apostó, por ejemplo, por la transferencia de la Seguridad Social y dijo que el espíritu con el que se redactó el Estatuto en esa materia fue el de alcanzar un 'convenio' al modo del Concierto, aunque respetando una normativa común y sin una soberanía como la fiscal. Guevara se definió también en favor de una fórmula 'específica' para la representación directa de la comunidad autónoma en las instituciones europeas en aquellas materias en las que tiene competencias 'singulares', entre las que citó la fiscal y la policial.

Emilio Guevara compareció como la persona que en agosto de 1978 recibió el encargo del entonces presidente del EBB (Carlos Garaikoetxea) de redactar el primer borrador para el debate del Estatuto de Autonomía. Con tal autoridad afirmó ayer que ese partido estaba realizando una apuesta 'estratégica', y no táctica, al elegir la vía estatutaria para la plasmación del autogobierno y rechazar en el debate constitucional el derecho de autodeterminación defendido en él por la izquierda vasca. Guevara defendió que el referéndum de 1979 cabría interpretarse, en todo caso, como un ejercicio de ese derecho de autodeterminación que hoy reclama una parte del PNV. En este sentido, advirtió del riesgo que supone darlo por muerto sin que se sepa por qué otra fórmula sería sustituido. 'Igual al querer crear un Estado propio nos cargamos la nación vasca', apuntó.

La opción estatutaria sigue estando justificada en 2002, dijo, porque sigue siendo necesario el 'triple acuerdo' -con el Estado, entre los territorios históricos y entre los ciudadanos nacionalistas y no nacionalistas- que late en lo que llamó el 'espíritu fundacional del Estatuto de Gernika'. A su entender, en caso de ruptura, los territorios históricos recobrarían todos sus derechos de partida. Del Estatuto dijo que es un texto 'de inspiración fundamentalmente nacionalista', que los no nacionalistas asumieron, lo que llevó al socialista Jesús Eguiguren a interrogarse sobre la paradoja de que hoy sean los nacionalistas quienes menos identificación muestran con él. Otros tres comparecientes -Juan María Vidarte, Marcos Vizcaya y Roberto Lertxundi- abogaron por la reforma del texto por el estancamiento en su desarrollo y los cambios habidos en sus 23 años de vida.

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