La extraña muerte de un presidente

El presidente del club de fútbol suizo Lugano, Helios Jermini, de 63 años, fue hallado muerto en el lago Lugano en extrañas circunstancias. Según las informaciones de la policía del cantón suizo-italiano de Ticino, su cadáver estaba dentro de su coche, que fue sacado de las aguas por un equipo de bomberos de Poiana, en el municipio de Brusino, después de que alguien lo hubiera visto emerger. El Lugano está siendo investigado por presunto blanqueo de dinero y Jermini había anunciado que haría en breve ciertas revelaciones a la prensa.

Jermini había salido de Lugano en dirección a Milán para acudir a una cita de negocios a la que nunca llegó. Su teléfono móvil estaba apagado en el momento de su desaparición, detalle que no ha pasado inadvertido a su familia, que sostiene que siempre lo tenía en funcionamiento. Además, Jermini siempre viajaba al extranjero con su chófer, lo que no ocurrió en esta ocasión.

La policía constató la ausencia de huellas de frenado en el lugar de los hechos, en la carretera cantonal que va desde San Riva hasta Brusino, entre Lugano y Medrisio. Esta vía se encuentra muy distante del recorrido que Jermini tendría que haber efectuado: la autopista A-2, de Lugano a Chiasso. Así, pues, los agentes no se explican cómo pudo llegar Jermini hasta ese sitio.

'En ese lugar el camino es confortable y no presenta ningún peligro particular. La ausencia de las marcas de una frenada da pie a dos posibles hipótesis que estamos investigando: el conductor tuvo un malestar [que le hizo perder el control de su coche] o se suicidó. De todas maneras, estamos a la espera de conocer los resultados de la autopsia', declaró el procurador del cantón de Ticino, Luca Marcellini, responsable de las investigaciones.

El pasado martes, hacia las seis de la mañana, Jermini salió solo para Milán a bordo de su Audi 6. Al día siguiente, sus familiares comunicaron a las autoridades policiales su desaparición porque no contestaba a las llamadas realizadas a su teléfono móvil ni tampoco había llegado a su cita milanesa, si bien no ha trascendido con quien se iba a encontrar en la ciudad italiana.

Las sospechas en torno a la causa de su muerte aluden a recientes historias supuestamente irregulares que han afectado a su club. Jermini estaba en su junta directiva desde 1985 y tuvo acceso a la presidencia en 1996. En el periodo intermedio fue director adjunto de la Banca del Gotardo, de Lugano, y poco después fundó su propia firma, Lagestion SA. En 1998, con un capital de 500.000 francos suizos (339.000 euros), nacía el nuevo Lugano Gestioni Finanziarie, SA., presidido por Jermini.

Sin embargo, las arcas del club comenzaron a vaciarse de manera inexplicable. Su presidente buscó entonces padrinazgos financieros. Así apareció en la escena Pietro Belardelli, a quien se le conocía en Lugano como Il Commendatore. Rico y apasionado del deporte, Belardelli se decidió a invertir una fuerte suma en el club y en enero de 1999 entró en el consejo de administración como presidente mientras Jermini se quedó como vicepresidente. El capital pasó a ser de 2.500.000 francos suizos (1,7 millones de euros).

En el verano de 2000 se produjo, sin embargo, la ruptura entre los dos hombres. En esa misma época, curiosamente, el ministerio público de Lugano abrió una investigación penal por supuesto lavado de dinero negro, la cual todavía no ha concluido. Las deudas del club comenzaron a dispararse y en estos momentos llegan a los 10.500.000 francos suizos (7,1 millones de euros). La falta de transparencia de sus finanzas vienen siendo denunciadas desde hace tiempo y los periodistas no están autorizados a asistir a las asambleas generales.

Otra de las hipótesis que se manejan es que la muerte de Jermini se haya derivado de un arreglo de cuentas porque precisamente para los próximos días tenía anunciadas unas revelaciones a la prensa.