El concierto que nunca existió
Un niño, Tareq Abu Rahmeh, de 13 años, ocupó ayer durante unos minutos en Ramala el puesto que dejó vacío en el estrado el pianista y director de orquesta judío Daniel Barenboim, quien se había comprometido a viajar hasta la ciudad asediada para dar una clase o un concierto, que conllevaba implícito un mensaje en favor de la paz y el diálogo entre israelíes y palestinos.