Los irlandeses votan una propuesta para limitar la práctica del aborto
Incierto resultado del referéndum sobre la interrupción del embarazo
La apatía, acrecentada por un día lluvioso y una molesta ventisca, pareció dominar ayer el referéndum que llamó por quinta vez a los irlandeses a las urnas para tratar la cuestión del aborto. Si gana la propuesta del Gobierno de endurecer el aborto se dará la paradoja de que recibirá más pena de cárcel la mujer que aborte que el violador que la haya dejado preñada.
Los sondeos de los últimos días dan un virtual empate técnico ante una propuesta confusa y tan restrictiva que se da la paradoja de que, si se aprueba la ley que propone el Gobierno, una mujer violada que decida abortar en Irlanda recibiría una pena de cárcel mayor que la del violador que la dejó preñada. Éste es uno de los argumentos de los partidarios del no, que reconocen que el Gobierno parte con la ventaja de que los antiabortistas están más motivados para ir a las urnas a votar a favor del sí.
El pasado martes, 24 horas antes de que los irlandeses acudieran a las urnas, un juez impuso una pena de tan sólo tres años y medio de cárcel a Sean O'Brien, de 52 años, por agredir sexualmente dos veces, en su taxi, a una joven de 15 años a la que encerró en el vehículo para abusar de ella. Pero O'Brien no es un violador cualquiera. Es el hombre que en 1992 violó a una joven que entonces tenía 14 años y que se haría famosa con el seudónimo de X. Aquella violación provocó la histórica sentencia del Tribunal Supremo que permitió a X viajar a Inglaterra a abortar y que consagró el principio de que el aborto es legal en Irlanda si la vida de la madre corre peligro, incluyendo entre esos riesgos la posibilidad de que la madre se pueda suicidar.
O'Brien, juzgado en 1994, fue condenado entonces a 14 años de cárcel en primera instancia, pero apeló y la condena quedó reducida a cuatro años.
Cinco propuestas
Entre las cinco propuestas que el Gobierno sometió ayer a referéndum figuran tanto la supresión del suicidio como causa para justificar un aborto como la imposición de penas de 12 años de cárcel a quien aborte o participe en un aborto dentro de Irlanda. Eso significa que, si la propuesta es aprobada por los irlandeses, una nueva X podría ser condenada a 12 años de cárcel si abortara en territorio irlandés, una pena tres veces más severa que la que se le impuso a su violador.
La oposición, la izquierda y las organizaciones feministas se oponen a la propuesta del Gobierno porque restringe aún más las condiciones para abortar en un país en el que no se conoce ni un solo aborto legal desde que hace 10 años el Supremo dictó sentencia a favor del aborto.
Aunque parte con ventaja, el Gobierno tiene el inconveniente de que los antiabortistas están divididos. La Iglesia y los grupos Pro Vida han pedido el voto afirmativo porque prefieren una ley que autoriza el aborto, pero lo restringe hasta hacerlo casi imposible. Pero los más radicales quieren la supresión pura y simple del aborto y se oponen a la propuesta del Gobierno. Entre estos está la carismática Dana Rosemary Scallon, eurodiputada y antigua estrella del Festival de Eurovisión. Dana pide el no y puede arrastrar muchos votos decisivos entre unos votantes absolutamente confundidos.
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