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Entrevista:PEDRO SANTANA LOPES | Alcalde de Lisboa

'Los portugueses quieren resultados, no carisma ni promesas'

El nuevo alcalde de Lisboa, Pedro Santana Lopes, de 53 años, dio la puntilla al primer ministro, el socialista António Guterres, en las últimas municipales. Su victoria acabó con 12 años de gobiernos de izquierdas en la capital y desencadenó la dimisión de Guterres. Asesor del desaparecido Sá Carneiro, secretario de Estado con Cavaco Silva, eurodiputado y presidente del Spórting de Lisboa, Santana Lopes es uno de los dirigentes clave del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), favorito en las próximas generales del 17 de marzo. Noble, audaz, impetuoso y gran orador, Santana Lopes reconoce los errores del PSD, pero considera que las municipales marcaron el final de un ciclo.

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Pregunta. ¿Cree que el alcalde de Oporto ha forzado demasiado el conflicto del Euro-2004 y ha provocado un problema de Estado?

Respuesta. No creo que sea correcto por mi parte juzgar la actitud de mi colega de partido. Es una situación difícil que está en vías de solución. No creo que las culpas sean sólo de un lado.

P. ¿El asunto puede perjudicar al PSD en las elecciones?

R. Puede, podía. Tal vez en Oporto, localmente, pero creo sinceramente que el asunto va a ser superado. La intervención del presidente Sampaio va a ser decisiva. Ya dije hace tiempo que esa mediación era indispensable. Va a acabar con algunos excesos, incluso de algún miembro del Gobierno, ligado a esas áreas.

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P. ¿El conflicto ha dañado la imagen del país?

R. Con certeza. No vale la pena ser hipócritas. Sabía que el asunto iba a provocar problemas cuando el Gobierno sólo se comprometió a financiar el 25% sin preocuparse del resto. No es una manera de proceder. El conflicto no ha contribuido a la buena imagen de Portugal, después de que la Expo-98 nos confirmara como buenos organizadores.

P. Las encuentas dan como favorito al PSD, pero sin mayoría absoluta. Ése es un grave problema para gobernar Portugal.

R. Sería muy complicado. Y podría ocurrir que el PSD gane pero que exista una mayoría de izquierdas en el Parlamento (con la suma de PS, PCP y Bloque de Izquierdas). Ocurriría por primera vez que el líder del partido derrotado fuese llamado a formar Gobierno. Sería una situación de impasse. Por eso reclamamos la mayoría absoluta. También podría darse una mayoría absoluta del centro derecha, pero no es fácil. No ha sido sencilla la relación con el Partido Popular . Es necesaria una mayoría absoluta por el bien del país.

P. ¿Está a favor de un pacto de Estado para resolver los grandes problemas del país?

R. Tal vez. El pacto de régimen puede ser aconsejable incluso con mayoría absoluta. Por ejemplo, para reducir el gasto público, solucionar el déficit y otro tipo de materias como la crisis en las Fuerzas Armadas, la Administración pública o para las obras prioritarias del país.

P. El PSD no ha vendido muy bien su reducción de impuestos. Todo indica que favorece a los ricos y poderosos.

R. No ha habido ocasión para explicarlo. La mayoría no ha entendido la reforma. Se cree que se bajan los impuestos para los ricos, pero no es ése el asunto. Queremos reducir los impuestos a las clases medias, mejorar la competitividad de las empresas y captar inversión extranjera.

P. ¿Aceptaría un cargo de ministro si gana el PSD?

R. No puedo. Tengo una tarea fascinante que llevar a cabo y la quiero desarrollar, al menos, durante cuatro años.

P. Su victoria en Lisboa fue decisiva para la dimisión de Guterres. ¿Cuál es su análisis de la derrota socialista?

R. Primero, Guterres resultó afectado psicológicamente y de modo irreversible por no haber obtenido la mayoría absoluta en las últimas generales (1999). El Gobierno nació muerto. No es una exageración. Durante la primera legislatura, Guterres gobernó razonablemente bien, pero el episodio del empate le hizo perder el ánimo y después el norte. Lo segundo fue su manera de ser. Prefería no tomar decisiones a provocar controversias. La gente quiere decisiones, resultados y no agonías que se prolonguen en el tiempo. Los portugueses sintieron que el Gobierno no decidía. El embalse de Alqueva fue la excepción a la regla.

P. Cedió a las presiones, pecó de alguna indecisión.

R. Los partidos tienen que volver a ser lo que son. El PSD ya pagó un precio, tal vez, por su autismo durante un periodo de Gobierno. Y ahora le ha tocado al PS por olvidarse de su base natural de apoyo. La derrota de los socialistas en las municipales representa el fin de un ciclo. La gente quiere decisiones, resultados, obras. Y estas elecciones serán un nuevo castigo por haber hablado mucho y cumplir poco.

P. ¿Cree que la gente está harta de carismas y promesas?

R. Sin duda, las promesas se las lleva el viento. La gente ve el currículum de cada uno, sus obras y sus resultados. Los portugueses van a elegir entre Durão Barroso y Ferro Rodrigues. Van a estudiar sus equipos, qué han hecho y después decidirán. Los portugueses quieren autoridad, decisión y resultados. Nada de promesas y carisma.

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