_
_
_
_
Desde el Pacífico
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nueva querella entre antiguos y modernos

HOLLYWOOD Y SILICON VALLEY se enfrentaron el 28 de febrero en una comisión del Senado que estudia fortalecer drásticamente la protección de la propiedad intelectual. Lo que está en juego, según los actores, es elegir entre arruinar la industria del espectáculo o paralizar la capacidad de innovación tecnológica.

La comisión parece convencida de que se cierne una amenaza sobre la economía de EE UU. De hecho, entre 300.000 y 500.000 filmes (www.viant.com) estarían siendo copiados cada día por la red. El senador Ernest Hollings, presidente de la comisión, propone una ley que obligue a colocar una marca invisible en los productos que hayan adquirido los derechos y colocar en la computadora un mecanismo que impida la lectura de cualquier CD, DVD o video que no tenga dicha marca.

El senador Hollings pide colocar una señal en los productos, y en la computadora un mecanismo que impida la lectura de cualquier CD, DVD o vídeo que no tenga la señal
'Las compañías de ocio quieren vetar cualquier tecnología que pueda usarse para copias ilegales, aunque la tecnología sea totalmente legal'

El texto de Hollings prohíbe la creación, venta y distribución de 'cualquier aparato digital interactivo que no incluya y utilice tecnologías certificadas de seguridad'. Michael Eisner, presidente de Disney, afirmó: 'Estamos lidiando con una industria cuya estrategia no explícita es que la aplicación triunfadora es la piratería'. Advirtió que el posible fin de la industria del espectáculo tendría un impacto catastrófico en el empleo.

Le apoyó Hilary Rosen, presidenta de la Recording Industry Association of America (RIAA), que atribuye la caída de venta de discos a que el 23% de los consumidores 'no compran música porque pueden copiarla'.

La victoria de RIAA sobre Napster ha tenido poco efecto. El total de usuarios de Morpheus, Kazaa y Grokster -quienes utilizan técnicas similares- ha superado al de Napster en su época de esplendor. Además sus programas permiten intercambiar imágenes y películas.

Los fabricantes de discos atacaron a la distribución y fracasaron. Ahora los estudios de cine intentan controlar el consumo. Pero se enfrentan a un adversario importante. La industria informática 'pesa' mucho más hoy. Así lo hizo ver, el vicepresidente de Intel, Leslie Vadasz quien dijo: 'Por favor, no se metan con la dinámica de la industria tecnológica; causaría daños irreparables'. Y añadió: 'El enfoque del debate no debe ser la protección del contenido sino la del consumidor'.

Es la primera vez que los dirigentes informáticos entran en la batalla sobre protección de propiedad intelectual. Tienen dos buenas razones para ello: el intercambio de archivos es una fuente considerable de ingresos (máquinas más poderosas, discos duros mayores y freidores de CD); y, si Hollywood logra colocar en cada aparato un mecanismo que le convenga, serían en última instancia los productores de cine quienes decidirían qué es una computadora.

Silicon Valley detesta dicha idea y Dan Gillmor, cronista tecnológico del Mercury News, dice: 'Las compañías de entretenimiento quieren control absoluto. Quieren vetar cualquier tecnología que pudiera ser usada para hacer copias digitales no autorizadas, aunque dicha tecnología tenga usos perfectamente legales'. Quieren transformar a las PCs en lectores -costosos- de DVD.

La batalla iniciada con la escaramuza entre Napster y las discográficas está a punto de convertirse en nueva querella de antiguos y modernos. ¿Cómo asegurar a la vez la remuneración de los artistas y creadores de contenido y permitir que los consumidores gocen a sus anchas de las distintas tecnologías? La respuesta definirá el funcionamiento de espacios culturales de vital importancia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_