De la cárcel a los Grammy
James Carter, autor de la canción estrella de 'Oh Brother!', también estuvo en la cárcel
James Carter tiene una historia de película. Hace dos semanas, dos desconocidos se presentaron en su casa de Chicago con un cheque de 20.000 dólares y para invitarle a la ceremonia de los Grammy en Los Ángeles. Eran los derechos de autor y el reconocimiento por una canción que había grabado hace 43 años cuando cumplía condena en una cárcel de Misisipí. La triste balada fue rescatada por el productor del fenómeno discográfico del año, la banda sonora de la película O brother!, de los hermanos Coen, la historia de unos presos que se convierten en ídolos del country.
Carter, de 76 años, se quedó aún más asombrado cuando los dos visitantes le dijeron que el álbum había vendido más que lo último de Michael Jackson y Mariah Carey. 'Se puso muy contento. Se marchó un momento de la habitación para liar un cigarillo y cuando volvió me dijo: dile a Michael que voy a parar un rato para que pueda alcanzarme', contó Don Fleming, representante de los archivos Lomax, propietarios de los derechos de la canción.
La historia, que publicó ayer The New York Times, no sólo es increíble por la trayectoria de Carter, sino sobre todo por los esfuerzos realizados por los productores de O brother!, una compilación de bluegrass, la forma más tradicional y casi olvidada del country, por localizar al ex convicto y abonarle sus derechos. La banda sonora ha vendido casi cinco millones de copias y el pasado miércoles ganó cuatro premios Grammy, incluido el de mejor álbum del año. En una industria que no se luce especialmente por su honestidad, la iniciativa de Lomax es una rareza.
El 'blues' del 'sheriff'
En 1959, Carter cumplía una pena menor en la cárcel del Estado de Misisipí, cuando Alan Lomax, un personaje muy peculiar, productor que se dedicaba a grabar de pueblo en pueblo melodías tradicionales del Sur, le animó a que cantara con otros presos Po Lazarus, un blues sobre un sheriff que persigue y dispara a un fugitivo.
Carter había tenido una vida difícil. Hijo de campesino, se había marchado de casa con 13 años e iba alternando trabajos de mala muerte con algunas estancias en prisión, la mayoría de veces por robo.
La grabación pasó a sus archivos y al olvido hasta que hace cinco años la escuchó T-Bone Burnett, el productor de la banda sonora de la película de los Coen. 'Me produjo una gran impresión', comentó Burnett a The New York Times. Decidió incluirla en el disco. Empezó entonces la búsqueda de Carter. La hija de Lomax, con una periodista de The Sarasota Herald Tribune (Florida) y Don Fleming buscaron en los archivos penales de Misisipí y luego en la guía de Chicago, donde Carter se había mudado en 1967 y dieron con él.
Encontraron a un hombre felizmente casado con una reverenda, Rosie Lee Carter, padre de tres hijas, una de ellas policía, y propietario del modesto edificio en el que vive. No se acordaba de Po Lazarus y no conocía el éxito de O brother! Carter tardó un tiempo en entender qué pasaba y sus hijas le convencieron para que fuera a los Grammy. Por primera vez en su vida, tomó un avión y se marchó a Los Ángeles con su familia. Ahora está pensando qué hacer con el dinero: quizás comprarse una casa donde pueda circular más fácilmente con su silla de ruedas.
Babelia
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