José Antonio Escudero indaga en la maquinaria burocrática de Felipe II
El catedrático leyó ayer su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia
José Antonio Escudero leyó ayer en su discurso de entrada a la Academia de la Historia. Con el título Felipe II: el rey en el despacho, realizó una panorámica de la relación del monarca con sus secretarios y su maquinaria de gobierno. La institución no contaba con ningún experto en Historia del Derecho, como es Escudero, desde la muerte en 1996 de Francisco Tomás y Valiente. El catedrático fue elegido en 2000 para suplir la vacante de Demetrio Ramos.
En 1998, coincidiendo con el cuarto centenario de la muerte de Felipe II (1527-1598), 'paradigma de rey burócrata', se revisó su figura 'a través de una profusa literatura científica', según José Antonio Escudero (Barbastro, Huesca, 1936). Entonces, éste echó en falta una mayor indagación en su estricta dimensión burocrática, a la que dedicó ayer su discurso, anticipo de un futuro libro. 'Dejemos de lado los efectos deslumbrantes del poder para atender a las causas oscuras del poder mismo. Contemplemos no lo que se hizo, sino aquello que facilitó que se hiciera ...', afirmó el catedrático de Historia del Derecho de la UNED, ex europidutado, ante una sala repleta, en la que además de multitud de historiadores se encontraban políticos como la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, o el eurodiputado de Izquerda Unida, Alonso Puerta
Escudero, elegido académico en primera votación, por una candidatura presentada por Felipe Ruiz Martín, Luis Suárez Fernández y Carmen Iglesias, considera que el llamado 'rey prudente' revisaba todos los asuntos junto a sus secretarios por su inseguridad de carácter. 'El rey fue prudente si la prudencia significa cautela a la hora de adoptar resoluciones o comedimiento y precaución en el decidir o ponderación detenida de pros y contras'. Pero fue irresoluto, agregó, si se tiene en cuenta que necesitaba 'la opinión de muchos antes de tomar una decisión'.
La consulta del monarca a sus ayudantes alargó la resolución de problemas e incidió, según Escudero, en su salud. Despachaba desde las nueve y media de la mañana a las once de la noche, en el coche durante los viajes e incluso desde una barca en el Tajo. Sin embargo, su hijo Felipe III entregó de inmediato el poder en exclusiva al duque de Lerma, comenzando 'otra forma de gobierno o, si se quiere, de desgobierno: el de los privados y validos', señaló.
Según Escudero, el inseguro Felipe II tenía una especie de superioridad personal sobre sus colaboradores. 'Ya no se trataba sólo de la autoridad regia, sino además de la autoridad técnica de que quien sabe más, se fija más...', dijo quien ha sido catedrático de las universidades del País Vasco, Extremadura y Alcalá. El rey tenía interés especial en los asuntos relacionados con las construcciones y la naturaleza: 'Da instrucciones sobre los azulejos que se deben utilizar o la madera que se debe llevar al coro de El Escorial'.
Penuria
Los secretarios del rey, encargados de pasarle resumidos los asuntos; el funcionamiento de los despachos en el Alcázar, El Escorial y otras residencias reales y la penuria que en ocasiones sufrieron sus más íntimos colaboradores en la tarea de gobierno fueron otros de los aspectos analizados por Escudero.
'Viene aquí un historiador del Derecho porque antes, lamentablemente, se fue otro, el recordado colega y amigo Francisco Tomás y Valiente, víctima de la irracionalidad y la barbarie' , dijo Escudero en homenaje al académico muerto a manos de ETA en 1996. Con él y Enrique Gacto, Escudero fundó el Instituto de Historia de la Inquisición en 1984, del que aún es director.
El historiador Miguel Artola fue el encargado de pronunciar el discurso de contestación, en el que concluyó: 'Escudero nos ha llevado al centro mismo del poder para que, al contemplar los gestos del rey, podamos hacernos una opinión sobre el acierto o conveniencia de su forma de gobernar, en el momento en que la voluntad del rey imprime una dirección a la acción de la Corona'.
Eurodiputado y docente
Desde que en 1965 se doctorara en Derecho, José Antonio Escudero ha tenido tiempo para todo. Amplió sus estudios en Londres, Viena y Estocolmo y estudió los sistemas docentes estadounidenses con una beca de la Fundación Ford. Fue senador por Unión de Centro Democrático durante la primera legislatura y en 1987 sustituyó a Mayor Zaragoza como eurodiputado del Centro Democrático y Social en Estrasburgo, donde formó parte de la comisión de Educación y Cultura. Fue un cargo en el que continuó hasta 1999 para luego pasar a las filas del Partido Popular. Nunca abandonó la investigación y ha ganado en dos ocasiones el Premio Nacional de Historia: en 1965, por Los secretarios de Estado y de Despacho y en 1979, con Los orígenes del Consejo de Ministros en España. Tampoco descuidó la docencia. Ha sido catedrático de Historia del Derecho en las universidades del País Vasco, Extremadura, Alcalá y Complutense. Además de académico de Historia, lo es de número de la Real Academia de Jurisprudencia.
Babelia
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