Arranca la ampliación del Prado sobre nuevos restos arqueológicos
Las obras preliminares al arranque de la ampliación del Museo del Prado hacia la iglesia de San Jerónimo el Real se despliegan desde hace varias semanas en dos frentes. El primero, la ladera que separa ambos edificios, recientemente expedita de las estructuras que la mantuvieron cercada durante casi 26 años. Ahora, decenas de jingos y magnolios que crecían sobre su talud han sido desarraigados mediante grúas y trasplantados a distintos lugares como los Altos del Hipódromo, en la Castellana, y varias isletas de la zona de Atocha. La ladera ha sido cercada con una valla de madera plateada, encajada sobre varios centenares de soportes metálicos.
El segundo frente es la explanación del solar que ocupó el claustro barroco, desmontado piedra a piedra y ahora depositado en dependencias del Ministerio de Educación y Cultura en Meco, cerca de Alcalá de Henares. Bajo ese solar, sobre el que transitan excavadoras de pequeño tamaño, comienzan a aflorar restos de un primer claustro renacentista, anterior al desmontado, que desde 1506 allí abajo se hallaba. Entre los restos recién descubiertos se observan conducciones de arcaicas fontanerías en ladrillo y se presume la existencia de vestigios del denominado Cuarto Real, aposento regio de los monarcas Habsburgo para sus retiros espirituales.
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