El grupo Letz Zep rinde tributo a Led Zeppelin en Vitoria y Bilbao
Quienes echen en falta a Led Zeppelin, célebre conjunto británico capitaneado en su día por el cantante Robert Plant y el guitarrista Jimmy Page, encontrarán especialmente atractiva la visita de Letz Zep a Euskadi. Este cuarteto inglés, dedicado a repasar en vivo el repertorio de sus admirados Led Zeppelin, y que cuenta con las bendiciones del propio Plant, actúa hoy (22.30) en la sala Helldorado de Vitoria y el próximo sábado (22.00) en el Azkena de Bilbao. Serán dos citas con el rock and roll y el hard rock.
'Intentamos ceñirnos sobre todo a las versiones que grabaron en estudio (en estilo y arreglos, más que en la exactitud de cada nota) y retener la imagen que tenía la banda alrededor de 1975. Hoy en día, nuestro espectáculo es lo más cercano que uno puede ver a un concierto de Led Zeppelin de esa época', comenta el guitarrista Chris Cawte.
Cawte, quien ha tocado en Doctor Feelgood y en la banda de Rod Stewart, cuenta en Letz Zep con el acompañamiento del vocalista Billy Kulke, baqueteado junto a Ozzy Osbourne y Roger Daltrey, ex The Who. El batería Simon Jeffrey y el bajista Steve Turner completan una formación que se reunió porque querían 'tocar algo del mejor rock de los años setenta'. Según Cawte, pronto concluyeron que Led Zeppelin era 'la perfecta combinación de fuerza, melodía y belleza'.
Letz Zep no son los únicos clones de la banda capitaneada por Page y Plant, pero sí presumen de ser la réplica más fiel. '¿Que si nos parecemos a Dread Zeppelin? Ellos son una broma. Nosotros no somos excesivamente serios en lo que hacemos pero, afortunadamente, nos parecemos a los Zep algo más de lo que se parecen ellos', señala Turner.
Doble V
Por su parte, los componentes de Doble V tocarán estos días en Bilbao y Vitoria. Hoy (22.00) lo harán en la sala Azkena de la capital vizcaína y el próximo sábado (21.30; junto a Hijos del Flow) actuarán en la capital alavesa. Los raperos zaragozanos aprovecharán los dos recitales para presentar Vicios y virtudes, un disco en el que vuelven a mojarse en cuestiones sociales, a la vez que se muestran arrogantes y escépticos, y recurren a bases instrumentales sincopadas y de apariencia simple.
Como es habitual desde sus comienzos, cuando se hacían llamar Violadores del Verso, su tercera entrega discográfica se ciñe a los patrones del hip hop, un estilo marginal que surgió de los suburbios estadounidenses. 'Queremos hacer un rap auténtico, puro. Aunque las bases puede que ya no sean tan cañeras, las letras siguen siendo igual de duras, porque lo que buscamos es hacer sólo letras y rimas, rap puro y duro', ha manifestado el portavoz de un cuarteto que se jacta de hablar de todo lo que quiere hablar, y que considera 'un lujo' poder dedicarse a la música rapeando en castellano.
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