'Tema habitual para la opinión y la discusión públicas'

El cardenal Antonio María Rouco quiere aprovechar el debate sobre la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza para recuperar un terreno que la Iglesia católica había ido perdiendo en estos años, según la percepción de los obispos.

Se trataría, en palabras de Rouco, de remediar 'las gravísimas dificultades y el desprestigio social que sufre la institución familiar' mediante el apoyo y la promoción de la enseñanza religiosa escolar como 'un factor decisivo para la verdadera renovación del sistema educativo que redunde efectivamente en el bien común de la sociedad'.

Rouco apeló ante los obispos a recientes estudios sobre la situación religiosa de los jóvenes para reclamar medidas urgentes y todo el compromiso de la jerarquía católica 'a favor de la familia'. Y afirmó que las exigencias de los prelados están cargadas de razón constitucional, aunque sean incomprendidas por muchos sectores. Rouco sostiene que la religión católica es 'una asignatura científica, no catequesis', pero lo cierto es que el arbitrario despido y contratación de los profesores que deben impartir esa materia desmiente con creces esa plausible teoría.

En un informe para el libro La Iglesia en España. 1950-2000 Rouco afirma que el conflicto de la enseñanza es un 'tema habitual para la opinión y la discusión públicas'. Según el cardenal, la escuela privada católica, mediante el régimen de conciertos con la Administración del Estado, 'ha salido relativamente indemne de este vivísimo y decisivo debate político y jurídico', pero no la enseñanza de la religión y la moral católica en los colegios públicos. Rouco asegura que el pacto para esa enseñanza entre los obispos y el Gobierno de Adolfo Suárez en 1980 fue 'satisfactorio para ambas partes', pero no las reformas posteriores, 'impuestas unilateralmente'.