Coordinación del sistema nacional de salud
Sobre la estructura administrativa del Insalud, muy vacía de funciones después de las últimas y recientes transferencias sanitarias, el Gobierno proyecta establecer una agencia que reúna y procese la información del sistema y así sirva de 'nexo de unión' y 'eje de coordinación' (declaraciones del director general del Insalud, EL PAÍS, 21 de febrero de 2002) de la ya descentralizada sanidad pública española.
Una idea tan excelente en el papel como de dudosa utilidad en el mundo real, porque a) toda la información del sistema nacional de salud (salvo, quizá, la farmacéutica, que todavía concentran y tramitan por dinero los colegios de farmacéuticos) pertenece ahora a los gobiernos autónomos, únicos gestores de los recursos asistenciales en sus respectivas regiones; b) en consecuencia, el buen funcionamiento de la planeada agencia dependerá casi por entero de la cooperación de las comunidades autónomas; c) seguramente el grado de cooperación será muy sensible a los colores partidarios de la comunidad, la calidad de sus relaciones con el Gobierno nacional o las circunstancias de su servicio de salud; d) por otra parte, no es infrecuente el arreglo en origen de las cifras sanitarias susceptibles de uso político/comparativo (listas de espera, costes de prestaciones, índices de actividad, etcétera).
Hay, pues, muchos y graves factores de inseguridad, muy difíciles de suprimir y capaces de perturbar en cualquier momento el mantenimiento, la puntualidad o la misma fiabilidad del flujo de datos desde cada una de las 17 comunidades autónomas.
El Gobierno está dispuesto a crear una rara oficina de estadística que trabajaría en la incertidumbre.
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