Viaje sin billete al desengaño
Fue el primer día de septiembre de 2001. 'Un sábado', recuerda perfectamente Karim. Se apeó del autocar en la plaza de España y llamó por teléfono a Tánger: 'Estoy en Barcelona', le dijo a su madre. Con una mezcla de irritación y tristeza, la mujer rogó al menor de sus tres hijos que regresara a casa.