Cacería de brujas

Cuando el presidente Chávez anunció el 12 de febrero último, martes de carnaval, las nuevas medidas destinadas a enmendar los errores de sus políticas fiscal y cambiaria, culpó a factores ajenos a su gobierno. La culpa, sostuvo, era de otros actores que no son parte de su elenco teatral.

Una vez instrumentadas las medidas que devalúan brutalmente el bolívar ante la divisa estadounidense, que empobrecerá más a los venezolanos y disparará la inflación, el presidente Chávez buscó a otros chivos expiatorios para someterlos al escarnio público: los sempiternos medios de comunicación y los empresarios (...)

Respondiendo a su política populista y demagógica, el presidente Chávez y sus agentes iniciaron una cacería de empresarios, importadores e industriales, lanzando contra éstos acusaciones extemporáneas, pues el alza de los precios no es consecuencia de la especulación, sino de la devaluación de la moneda.

La brutal devaluación de la moneda obedece sencillamente a la sordera e incapacidad de rectificación del presidente Chávez, que jamás quiso escuchar las advertencias que se le hicieron para que rectificara el rumbo de sus políticas.

(...) Ha sido tradicional de los gobiernos venezolanos (...) responsabilizar a los empresarios por el resultado de sus errores, como ahora ocurre. (...) De hecho, quien devaluó la moneda y por ende produjo la carestía de los productos fue el presidente de la República, no los empresarios.

Caracas, 20 de febrero