Los institutos de Alcoy refuerzan la seguridad para evitar la venta de drogas
Cierran las puertas en los recreos para evitar la entrada de traficantes
Los institutos de Secundaria de Alcoy han comenzado a organizarse para evitar la venta de drogas a los escolares a las puertas de los centros. En algunos casos, como el centro Cotes Baixes, la dirección ha recurrido a la vigilancia privada. En los demás, son los propios profesores los encargados de ahuyentar a los narcotraficantes de las puertas de los colegios. Y en todos se ha adoptado la misma medida preventiva: cerrar a cal y canto las puertas de los centros durante los recreos para evitar la entrada de camellos.
Desde el pasado mes de noviembre un vigilante, contratado por la dirección del centro controla a todo aquel que entra y sale del Instituto de Formación Profesional Cotes Baixes de Alcoy. La condición de adolescentes de los alumnos de este centro y de otros tantos institutos de enseñanza secundaria los convierte en presa fácil de aquellos que buscan un beneficio con la venta de drogas y sustancias peligrosas.
Conscientes de este riesgo y ante la reciente presencia de grupos de jóvenes ajenos al centro, los profesores y la dirección del instituto Cotes Baixes optaron por instaurar a finales del año pasado un sistema de protección a la hora del patio. 'Hemos tenido problemas con algún que otro grupo de chicos que ha increpado a alumnos y profesores. Nuestro temor es que esté relacionado con la venta de drogas', señala Manolo Gomicia, director del Instituto de Formación Profesional Cotes Baixes.
La preocupación del director de este centro no es un caso aislado. Como Cotes Baixes, otros centros de secundaria han optado por cerrar las puertas de los institutos durante los recreos para prevenir que se inmiscuyan camellos y traficantes de menudeo. 'De todos es conocido que los jóvenes consumen pastillas los fines de semana, por lo que se creemos que pueden conseguirlas aquí', afirma Gomicia. 'Hay que estar alerta y no obviar el problema'.
Este asunto ha llegado a oídos de la concejal de Juventud en el Ayuntamiento de Alcoy, Arancha Revert. La edil reconoce la existencia de 'personas ajenas' a los institutos que ofrecen drogas a los estudiantes fuera del recinto, aunque señala que no es algo alarmante dentro de los centros escolares. 'En los institutos se trabaja para erradicar el problema junto con la policía, que acude para auyentar a los sospechosos'. A ello contribuyen los profesores de centros como Cotes Baixes que han instaurado un turno de guardia en colaboración con el vigilante.
El problema también es creciente en el Instituto Eduardo Vitoria, donde los profesores ponen especial atención a la llegada de visitantes en los recreos. La dirección de este centro intenta, de este modo, prevenir la presencia de drogas en el recinto.
El Instituto de Enseñanza Secundaria de Batoy es otro ejemplo, aunque su directora, Toni Llorca, trata de quitar hierro al asunto. 'La vigilancia en nuestro caso es indispensable ya que aquí asisten también alumnos de primaria', afirma. La directora añade que en el centro se realizan charlas para prevenir a sus alumnos sobre las consecuencias del abuso de las drogas y niega que en este instituto se hayan detectado problemas con el tráfico o consumo de estupefacientes.
Tampoco se habla de problemas con el 'mercadeo' de drogas en el Instituto de Enseñanza Secundaria Andreu Sempere. El centro que dirige Jesús Giner, consciente de los problemas que pueden causar en los adolescentes estas sustancias, aplica programas y charlas para concienciar a sus alumnos. 'El consumo de drogas es un mal de la sociedad, por lo que los institutos no deben redimir en solitario este problema'.
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