'Spanish doctors' pasan consulta en Manchester
28 médicos españoles han respondido ya a la oferta de 2.000 puestos de trabajo en el Reino Unido
Desde que acabó el MIR, la doctora Mar Faraco, de 31 años, ha hecho de todo. Ha trabajado en el Samur, en la Cruz Roja, en pediatría, en medicina general... pero hasta ahora nunca lo había hecho en inglés, ni podía aspirar a un puesto fijo. Hoy se cumplen sus primeras dos semanas en Manchester, la ciudad al noroeste de Inglaterra, donde ejercerá como médico de familia durante al menos los próximos dos años, si es que decide no quedarse más.
Es la oferta que ha recibido del National Health Service (NHS), la Seguridad Social británica, que pretende que otros médicos españoles como ella cubran las 2.000 plazas que están disponibles para facultativos extranjeros y que suponen un 20% de los 10.000 médicos que el Ministerio de Sanidad británico ha prometido contratar en 10 años. Este importante aumento de plantilla forma parte de un plan de mejora del servicio sanitario iniciado hace dos años.
'En España, en el mejor de los casos, trabajo cuatro o seis meses al año'
'2.000 o 1.500. Es una cifra como otra cualquiera', asegura Steve Atherton, el director de Contratación Médica Internacional del Ministerio de Sanidad británico, 'porque si consigo contratar esos 2.000 médicos, el Gobierno estará más que satisfecho. Por supuesto que aceptaríamos más, si vinieran'.La 'desesperada' necesidad de especialistas -sobre todo en las ramas de radiología, anatomía patológica, otorrinolaringología, psiquiatría, dermatología, anestesiología y cirugía ortopédica y traumatológica- y médicos de familia ha llevado a Inglaterra a mirar hacia España, donde más de 20.000 facultativos están en paro, según datos de la Organización Médica Colegial. Pero también porque 'los profesionales tienen un nivel alto, equiparable al británico', añade Atherton.
Por eso, la llegada a primeros de este mes de 28 doctores españoles -20 médicos de familia y 8 especialistas- a diferentes poblaciones del noroeste del Reino Unido no es más que el primer paso. Y también la consecuencia lógica de la buena acogida que han tenido las 430 enfermeras españolas que desde enero de 2001 se instalaron en todo el país como fruto del mismo convenio entre los ministerios de Sanidad de España y Reino Unido.
Pero la respuesta de los españoles es todavía muy pequeña. Los responsables de contratarlos se han dado cuenta de que la convocatoria a través de la Embajada británica en Madrid no se ha difundido lo suficiente. 'Ahora vamos a convocar reuniones a través de los colegios de médicos. A mediados de marzo iremos a Granada y Sevilla y el mes siguiente a Santiago y A Coruña', explica Alberto Rodríguez, un médico gallego que lleva 12 años trabajando para el NHS y que ahora es el director de Contratación de Médicos Españoles. La necesidad de personal sanitario es tal que, si no lo consiguen en España, acudirán a otros países.
'En España no es que no haya empleo, sino que no hay contratos. Acabas haciendo muchos sábados, muchas guardias... un trabajo que no te deja desarrollarte como profesional porque siempre son enfermos de otro', indica Mar Faraco. 'Aquí te ofrecen una consulta tuya diaria'.
También unas condiciones económicas bastante más suculentas. Como especialista se puede ganar entre 66.000 libras anuales (110.000 euros) y 55.000 libras (91.666 euros) por año, según la categoría. Los médicos de familia comienzan con un sueldo de 44.000 libras (73.333 euros) anuales, porque durante los tres primeros meses pasan consulta con un tutor. Al cabo del periodo de adaptación, alcanzan las 55.000 libras anuales. Un médico especialista en España no supera los 30.000 euros anuales.
Además del dinero, los médicos españoles tendrán clases gratuitas de inglés, el pago de gastos de movilidad, así como apoyo para solventar los primeros encuentros con la burocracia y, sobre todo, las mismas posibilidades de ascender que los colegas británicos. También han encontrado las primeras pegas. Junto a lo duro que es enfrentarse a todo tipo de pagos en sólo dos semanas (alquileres, transportes, impuestos, etcétera), la que más les subleva es la de que en el Reino Unido es obligatorio pagar un seguro médico de 5.000 euros, mientras que en España lo cubren los hospitales o el propio Colegio de Médicos y, si no, jamás supera los 500 euros.
Pero el dinero, aunque importe, no es la principal razón por la que han venido la mayoría. 'Yo quiero aprender inglés y que lo aprendan mis críos', dice Francisco López, un granadino de 37 años, que en junio se traerá ya a sus dos hijos y a su mujer. Ella es enfermera y espera que también se coloque en Blackpool, donde él hace su curso de iniciación estos días. 'Pero también he venido a hacer carrera como médico de familia, porque en España las cosas están muy mal. En Andalucía, donde vivo, no veo perspectiva ninguna. Ahora me interesa estabilizar mi empleo, porque allí, en el mejor de los casos, trabajo cuatro o seis meses al año'.
'Es más el reto profesional que la cuestión económica', añade Jesús Sánchez, de 32 años, quien hasta ahora trabajaba haciendo sustituciones en Sevilla, en el Servicio Andaluz de Salud. 'Yo ya había pensado venirme a Inglaterra y el anuncio que vi en el periódico me vino caído del cielo. Es que la situación laboral de los médicos en España es muy inestable y no tiene aspecto de que vaya a mejorar en los próximos años'.
No todos los profesionales que acudieron a la primera convocatoria tienen problemas laborales. Algunos han solicitado excedencias para poder trabajar en Inglaterra, a pesar de que tenían puestos fijos. Como Dolores Nostiz, una dermatóloga de Gijón de 54 años. 'Económicamente estoy en la misma condición que allí, porque yo soy jefa de servicio', dice. 'Pero para mí es un estímulo en este momento hacer un cambio. No voy a mejorar mi calidad de vida; esto para mí no es un reto, sino que lo veo como un regalo que yo misma me doy'. Que ella se quiera volver en un año no ha sido un obstáculo para que la contrataran. El NHS prefiere tener un médico poco tiempo que tener puestos vacíos, asegura Alberto Rodríguez.
Estos profesionales no han comenzado todavía a pasar consulta, pero no porque no estén capacitados, sino porque aún deben familiarizarse con el sistema británico y, en algunos casos, perfeccionar el idioma. 'Estos días he hecho un programa de introducción muy curioso, en el que nos explican desde la historia del hospital hasta cómo debe lavarse las manos el personal sanitario', explica Dolores Nostiz. 'Luego voy con otros médicos a pasar consulta. Por ahora sólo miro, para hacerme con las formas, los métodos. Y yo misma decidiré cuándo es mi día de pasarla sola'. De momento, el mayor problema de esta doctora es el idioma. 'Los nombres son parecidos en inglés, pero donde me pierdo es en esas cosas de su vida que me cuentan los pacientes'.
Silvia Jiménez Zamora, de 30 años, ha notado dos grandes diferencias en el centro de salud de Bolton. Ha perdido su primer apellido, todos la llaman doctor Zamora, y la bata blanca. 'Me han dicho que aquí sólo los carniceros se la ponen', explica con guasa. Durante su encuentro matinal con su tutor, el doctor John Tabor, que le está enseñando el sistema informático y cómo rellenar papeleo, no acaba de creerse lo que le dice: 'Cuando lleves aquí un tiempo y te manejes, si no te pagan bien y además no estás en buenas condiciones, podrás irte donde quieras. Los hospitales se te rifarán'. Ella cree haber entendido mal. Pero esta vez su escaso inglés no la ha traicionado.
Estímulos para mejorar
'Para devolverme la sonrisa han sido necesarios 74 profesionales. De ellos, 34 eran enfermeras. Únete al equipo', reclama en un anuncio de la televisión una enferma, con el fin de captar personal sanitario. Muchos hospitales tienen salas enteras cerradas por falta de personal, que sobra en España. 'Yo terminé hace seis años, pero sólo he tenido un contrato de 14 días como enfermera en un hospital de Almería', cuenta Paloma Uroz, de 28 años. Ahora trabaja en el hospital Victoria de Blackpool. 'Aquí todo va por grados y eso está muy bien, porque te estimula a desarrollar una carrera'. La semana pasada rechazó un contrato en Marbella porque, desde hace cinco meses, tiene un novio inglés y ya no piensa volver. 'Quiero mejorar y llegar a supervisora', asegura. Su compañera Esther Lagos no tiene tan claro lo de quedarse. 'Yo me quiero morir en España', dice a sus 24 años. 'Pero quiero volver con las manos llenas, no irme a la ventura'. Llegó recién licenciada y después de un año le han ofrecido ascender de categoría, pero todavía no se siente capaz de hacerlo. 'Aquí las enfermeras hacen mucho papeleo y atienden al paciente por teléfono y yo no me veo'. Julia Fernández, de 31 años, tiene su plaza fija en el Gregorio Marañón, de Madrid y vino a aprender inglés. 'He pasado de trabajar con enfermos en los pasillos a tener uno solo al cargo. Cuando las compañeras inglesas me dicen que están muy agobiadas, me dan ganas de mandarlas a España. Allí sí que hay enfermos'. Pero todas están encantadas con la experiencia. 'Y con los enfermos, que son los que más nos ayudan', dice Paloma Uroz.
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