La policía británica teme por la vida de varios inmigrantes huidos en el motín

La policía teme que varios de los 11 refugiados que siguen desaparecidos tras arder un centro de acogida de inmigrantes en Bedford, en el centro de Inglaterra, hayan muerto durante el incendio. Las críticas al ministro del Interior, David Blunkett, son feroces tanto por la mala gestión del centro -a cargo de la empresa privada Group 4- como por la negativa del ministerio a seguir los consejos de los bomberos, que meses atrás alertaron por la mala construcción de las instalaciones y la necesidad de instalar equipos antiincendio.

La revuelta de Bedford pone en serios apuros toda la filosofía de la política de inmigración del Gobierno laborista, una de cuyas piedras angulares es internar a los inmigrantes -legales o ilegales- que piden asilo político mientras se estudia su petición.

Durante el incendio, que empezó a las 8 de la tarde del jueves y no fue sofocado hasta la mañana del viernes, se escaparon del campo de Bedford 23 refugiados, de los que 12 fueron detenidos a las pocas horas, según las explicaciones dadas por la policía. Ayer, empezaron a extenderse las dudas sobre el paradero de los desaparecidos y la policía admitió que no se sabe si huyeron o quedaron atrapados en el incendio.

Más de una tercera parte de las instalaciones, inauguradas hace un año, han quedado destrozadas. A pesar de haber sido presentado como el estandarte de los nuevos campos de detención de inmigrantes, el de Bedford estaba construido con materiales prefabricados en una antigua base militar. Bastó un incidente entre una interna de 55 años y los guardianes, que la habían esposado para trasladarla a la enfermería, para que meses de tensiones internas se transformaran en una revuelta que acabó con el campo ardiendo en medio del caos más absoluto. Los internos destrozaron las cámaras del circuito cerrado de televisión así como la sala de ordenadores. Más de una tercera parte de la edificación ha quedado en ruinas.

Los sindicatos afirmaron ayer que en repetidas ocasiones habían denunciado ya ante el Ministerio del Interior los problemas del campo de Bedford, incluyendo el inadecuado nivel y el escaso entrenamiento de los cuadros de Group 4.