70 obras del Museo de San Petersburgo revelan la melancolía de los impresionistas rusos
Sevilla acoge una exposición con cuadros de medio centenar de artistas
Kandinsky, considerado el padre de la abstracción por una acuarela que realizó en 1910, tuvo una etapa impresionista; Kasimir Malevich, creador del suprematismo, también cultivó la pintura de la luz, con una técnica puntillista. Junto a ellos, otros artistas rusos siguieron esta corriente pictórica, como Konstantin Korovin, Valentin Serov, Vladímir Makovski, Mijaíl Larionov -pionero de las vanguardias- o Vasili Polenov. Los autores más importantes del impresionimo ruso salen de su país. La exposición Impresionismo ruso, inaugurada ayer en la Sala Chicarreros de Sevilla, reúne 70 obras de medio centenar de pintores procedentes del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, que alberga la mayor colección de pintura rusa del mundo.
Según Marta Sierra, comisaria de esta muestra organizada por la Caja San Fernando, el impresionismo adquirió rasgos específicos en el país eslavo. 'El movimiento impresionista ruso fue una ventana abierta al mundo que se caracterizó por la melancolía, por el tratamiento de la naturaleza y por su libertad para pintar lo que veían a través de su imaginación', explica Sierra.
Los impresionistas rusos tenían muy presentes en sus paisajes las cuestiones sociales. 'Todos estaban influidos por los artistas franceses, pero fueron rompedores en la manera de hacer impresionismo y luego se convertirían en teóricos de las vanguardias', añade la comisaria, que resalta que esta corriente estética se combinó con el realismo en artistas como Vasili Surikov o con el simbolismo en Serov.
Malditos
La mayoría de estos artistas no llegaron a ver en vida una exposición con sus obras, fueron considerados malditos y tuvieron muchas dificultades para llegar al gran público, recuerda Sierra.
El impresionismo fue una pintura marginada en Rusia durante la etapa soviética. El subdirector del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, Ivan Karlov, señaló ayer que estos cuadros permanecieron durante 70 años en cámaras acorazadas en el interior del museo, que alberga medio millón de obras de arte. El impresionismo, al igual que el simbolismo, la abstracción y otros movimientos artísticos, no existía en la antigua Unión Soviética. 'La mayoría de los rusos desconocía la existencia de estos lienzos', indicó Karlov, 'hasta que en 1988, con Gorbachov, se organizaron las primeras exposiciones monográficas'. La muestra, que ya ha pasado por Salamanca, podrá visitarse hasta el 31 de marzo.
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