Las escuelas de adultos, saturadas por la demanda de los inmigrantes
Centenares de extranjeros se quedan sin plaza
El conocimiento del idioma es el primer peldaño para la integración de los inmigrantes, pero en Cataluña este colectivo tiene cada vez más dificultades para acceder a esta herramienta de primera necesidad. Las escuelas de adultos están saturadas y las listas de espera para recibir clases de catalán o castellano de primer nivel son cada vez más largas. Los sindicatos y los directores de las escuelas de adultos exigen a la Generalitat más recursos para atender a este nuevo alumnado cada vez más numeroso.
En Ciutat Vella, en Barcelona, más de 300 inmigrantes aguardan plaza en una escuela de adultos para aprender la lengua que les permitirá tener sus papeles en regla, encontrar trabajo, alquilar una vivienda y, en definitiva, tener oportunidades de prosperar en la nueva sociedad que les acoge.
La demanda de clases de castellano y catalán de primer nivel ha crecido en los últimos años a un ritmo espectacular y las ecuelas de adultos no dan abasto porque el Departamento de Bienestar Social no las dota de los recursos necesarios. Así lo denuncian los sindicatos y los directores de los centros de formación de adultos ubicados en zonas de mayor concentración de inmigrantes. En la localidad de Salt (Gironès), donde la inmigración alcanza el 12% de la población, 90 extranjeros -la mayoría magrebíes y subsaharianos- se han quedado este curso sin plaza en la escuela de adultos que dirige Joan Colomer. 'El año pasado la lista de espera era de hasta 170 personas. Este curso contamos con dos profesores más, pero son claramente insuficientes', lamenta Colomer, que recrimina a la Generalitat 'una falta absoluta de interés' para atender a este nuevo alumnado, cada vez más numeroso, de las escuelas de formación de adultos. 'Bienestar Social nos promete material educativo específico, formación del profesorado y más personal, pero lo que aporta es mínimo y tenemos que trabajar con las manos vacías', agrega Colomer.
Centros de formación de adultos de zonas del Maresme y de Osona han dejado sin plaza a alrededor de un centenar de inmigrantes este curso, según Comisiones Obreras. Algo similar ha ocurrido en escuelas de adultos de Ciutat Vella de Barcelona, entre ellas la Manuel Sacristán, que funciona gracias a un convenio entre Bienestar Social y CC OO. Unos 150 inmigrantes reciben clases de castellano y catalán en cinco grupos, aunque 'si se atendieran las peticiones que se reciben diariamente se deberían organizar más de 10 grupos', explica el profesor Angel Marzo. 'Para no dejar a nadie en la calle les derivamos a entidades de voluntariado que prestan este servicio', añade Marzo. Pero es una solución que no agrada a los profesores de adultos porque no se garantiza la adecuada cualificación profesional de los enseñantes.
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