La empresa Lear ha eliminado más de 1.100 puestos de trabajo en el último año y medio
Los mayoría de los trabajadores de la planta de Cervera cobran 107.000 pesetas brutas mensuales
La compañía Lear, que ha anunciado el cierre de su factoría de Cervera, lo que supondrá la destrucción de 1.200 empleos, ha eliminado ya 800 puestos de trabajo directos y 300 indirectos durante el último año y medio. La mayor parte de los trabajadores que quedan son mujeres que perciben un salario bruto de 9.000 euros anuales (unas 107.000 pesetas brutas mensuales en 14 pagas), lo que supone tener el segundo convenio más bajo de España. En Lleida se trabajan en el metal 1.793 horas anuales, más que en cualquier otro lugar de España en el mismo sector.
Hace 15 meses la factoría de la empresa Lear en Cervera tenía unos 2.000 empleados y otros 300 que trabajaban en talleres de los alrededores a los que daba determinadas tareas. En el momento de anunciar el cierre, la cifra había descendido por debajo de los 1.200. El 80% son mujeres, dato que sirve para comprender que la empresa, que ha recibido ayudas millonarias cuya cuantía el comité nunca ha logrado conocer, esté pagando sueldos de verdadera miseria.
Cervera está en la provincia de Lleida, a unos 30 kilómetros de Igualada, donde la compañía había sopesado instalarse. No lo hizo por dos motivos: las ayudas para adquirir las naves de Cervera, que habían quedado vacías tras el cierre de Televisores Iberia, y el hecho de que allí el convenio del metal establece sueldos menores.
El número de horas de trabajo al año es superior: 1.793 horas en Lleida, 1.772 en Barcelona y 1.778 la media nacional española, según datos de la patronal Confemetal. El importe de la hora para un peón es de 5,05 euros (840 pesetas) en Lleida. La media nacional está en 6,29 y a 30 kilómetros, en la provincia de Barcelona, sube a 7,09. Un oficial de primera de la cadena de producción cobra un poco más: 5,75 euros (957 pesetas), bastante lejos de los 6,86 de Barcelona. El precio de la hora de un ingeniero o licenciado sube a 6,53 euros (1.086 pesetas; en Barcelona llega a 8,11 y la media nacional es de 9,75.
'Lear es la empresa que más ha presionado para frenar el convenio del metal de Lleida', afirma un dirigente de UGT de la provincia. Un convenio que no incluye cláusula de revisión salarial por el desvío de la inflación y que es el segundo más bajo de España. Este análisis sirve a los sindicatos para argumentar que el cierre de Lear, que consideran ilegal, no responde a los costes. 'Es difícil que los haya más bajos', afirma Vicenç Rocosas, de Comisiones Obreras. La idea que tienen, explica Modest Luque, dirigente de UGT y miembro del comité de empresa, es que Lear compró hace dos años una empresa de la competencia para cerrarla, pura y simplemente.
Hace tres meses, explica Salvador Bordes, alcalde de Cervera, la dirección de la empresa y representantes del consistorio mantuvieron reuniones con el Departamento de Industria y con el de Trabajo del Gobierno catalán. Buscaban aumentar las ayudas y ya hablaron de crisis, pero, según Bordes, limitándose a asegurar que pretendían reducir la plantilla y dejarla entre 800 y 1.000 personas. 'El cierre nos ha pillado por sorpresa', asegura el alcalde.
Lear adquirió la factoría de Cervera hace un par de años. Entonces la firma se denominaba Mecanismos Industriales Auxiliares (MAI) y ya había recibido importantes ayudas de la Administración catalana y del municipio. Los intentos del comité de conocer las aportaciones públicas siempre han quedado en nada. No era asunto suyo, les decía la dirección. Para conocer el montante, el PSC ha tenido que recurrir a una pregunta parlamentaria que ha cursado el diputado Josep Maria Rañé y que aún no ha recibido respuesta. De que había ayudas no hay duda. Salvador Bordes explicaba ayer que hace menos de tres meses la empresa solicitó al Gobierno catalán ayudas para lograr fondos europeos para nuevas tecnologías, para transporte (88 millones de pesetas) y para limpieza de la zona, que finalmente asumió en parte el consistorio. El comité asegura que, a cambio, pidió que los despedidos fueran trabajadores de fuera de la población. 'No fue así exactamente', dice Bordes, 'lo que sí dijimos es que parecía contradictorio pedir ayudas para el transporte y despedir a los que no lo utilizaban'.
La empresa recibió importantes ayudas en el momento de instalarse en Cervera. El precio pagado por unas naves y un terreno que ocupan 10 hectáreas fue de unos 200 millones de pesetas, muy por debajo del precio de mercado. Además, explican el alcalde y el comité de empresa, la compañía ha tenido abundantes ayudas para formación ocupacional. El Ayuntamiento asumió la pavimentación de la zona y se hizo cargo de la construcción de todo tipo de infraestructuras. Bordes ha encargado un estudio sobre el monto global. Por lo que pueda suceder.
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