La llama no se apaga
El grupo valenciano Seguridad Social hace balance de su trayectoria con un disco de grandes éxitos
El próximo mes de mayo, el grupo valenciano Seguridad Social celebrará su vigésimo aniversario. Un excelente momento para brindar con sus fans por el presente (y el futuro más o menos inmediato) de la formación. Y, también, una excusa idónea para poner en circulación un álbum que, irónicamente titulado Gracias por las molestias y concebido a modo de autohomenaje, ofrece un detallado y exquisito paseo por todas las piezas que se encaramaron a lo alto de las listas de éxito durante la trayectoria artística de la banda liderada por el incombustible vocalista José Manuel Casañ. 'Veinte años de vida ya justifican sobradamente la publicación de este disco, pero, además, hay otros motivos. Nos gustaría, por ejemplo, recuperar nuestra parcela en el mercado latinoamericano y, por otro lado, refrescarle la memoria a la gente en España porque, por lo general, este país tiene muy mala memoria musical', afirma el cantante.
Ni hablar, pues (y como apuntan maliciosamente algunos de sus detractores), de sequía creativa. Seguridad Social guarda en la recámara temas suficientes como para publicar en cualquier momento un álbum totalmente nuevo, de modo que este grandes éxitos debe entenderse como un efectivo instrumento para reivindicar el nombre de un grupo que ha escrito una página importante en la historia del rock valenciano (y, más aún, del rock en español), airear lo más florido de su repertorio y afrontar el futuro con el espíritu renovado. Un punto y aparte necesario tras dos relativos baches comerciales que cogieron a Casañ con las defensas bajas: Camino vertical y el emotivo tributo al rockero Bruno Lomas Va por ti.
'Cuando hice Camino vertical atravesaba una mala época. Me encontraba un poco deprimido y por eso me salió un disco tan duro, directo y con tanta rabia. Con Va por ti todavía no estaba recuperado totalmente, pero ahora el paréntesis se ha cerrado por completo. Me encuentro absolutamente renovado y dispuesto a seguir creciendo e investigando. La de ahora es una sensación como la de la época de Furia latina. Siento que hay ante mí un camino enorme por explorar y con multitud de posibilidades. Un camino, eso sí, dentro de los límites del rock latino porque desde hace un montón de años las propuestas más frescas e innovadoras hay que buscarlas en el rock latinoamericano', apunta. Por esos senderos deambulan Muchachachá y No voy de farol, los dos caramelos inéditos que Casañ y compañía (el guitarrista Arístides Abreu, el bajista Jesús Gabaldón, el batería Rafa Villalba y el percusionista Luis Dulzaides) han decidido incluir en su álbum de grandes éxitos. Un lujoso recopilatorio compuesto por veinte piezas y que se completa con una suculenta propina: un explosivo DVD con vídeoclips y tomas en directo firmadas por reputados realizadores como Tono Errando o Maru Basamón y en el que no faltan clásicos como Chiquilla, Acción o Quiero tener tu presencia. 'Siempre hemos querido mantener el máximo nivel de calidad en nuestros vídeoclips y, además, nos han ayudado mucho a lo largo de nuestra carrera. El DVD es, pues, una parte importante más de ese homenaje que hemos querido darnos con Gracias por las molestias y, por otro lado, un regalo para nuestros fans. En estos terribles tiempos de piratería discográfica que vivimos, el público debe sentir que el dinero que ha invertido en la compra de un disco ha merecido la pena. Estamos obligados a tratarle como merece y darle todo lo posible. Como suele decirse en estos casos: cuanto más azúcar, más dulce'.
Pese a todo, no faltará quien, especialmente entre sus seguidores más talluditos, eche en falta algunas de las piezas más emblemáticas de la primera época del grupo. La ausencia de joyas como Mi almohada está preñada, o No es fácil ser Dios está, sin embargo, plenamente justificada. 'Queríamos que Gracias por las molestias fuera un álbum de grandes éxitos en toda regla y, en realidad, canciones como ésas sólo fueron conocidas en su momento en Valencia. Quizá no fuera mala idea realizar más adelante un disco de rarezas y curiosidades con nuestras canciones más añejas y nuevas versiones de temas que en su época no se grabaron todo lo bien que debían. De todos modos, hay algunos temas viejos, como Konsspiración, que, sinceramente, aunque no reniego ni me arrepiento de ellos, actualmente no sería capaz de defender', reconoce el cantante.
Los tiempos de las crestas, el descontrol y la provocación propia del punk han quedado atrás. 'Ahora apostamos por otro tipo de revolución. Una revolución interior, positiva y con conciencia. Es más una cuestión de actitud que de imagen y que, en cierto sentido, creo que está relacionada con la madurez', concluye. La llama, por fortuna, sigue sin extinguirse.
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