Gadget
Aun tratándose de una palabra que es muy fácil de encontrar en periódicos, revistas y páginas web, de España y de Latinoamérica, falta en todos los diccionarios que he podido consultar. La excepción es el Diccionario del español actual de Manuel Seco, que lo define como 'dispositivo mecánico más o menos útil, que llama la atención por su ingenio y su novedad', definición muy precisa, a la que sólo cabría añadir en la primera parte 'generalmente de pequeño tamaño'. Seco aporta un ejemplo que puede recordarnos el uso predigital de esa palabra: 'En la última novela de James Bond no hay ni coches deportivos, ni rifles con gadgets' (1968). Precisamente fue una parodia de 007, el personaje de dibujos animados Inspector Gadget, el que popularizó la palabra entre nosotros. Se pronuncia normalmente algo así como gádllet.
Ya desde el inglés (donde apareció hacia 1870) gadget se usó para aludir a un aparato o mecanismo que hacía algo, aunque no se sabía muy bien qué: '¡Y luego los nombres de todas esas cosas a bordo de un barco! No conozco ni la mitad de ellos; e incluso los marinos las olvidan a veces, y si sucede que el nombre exacto de algo se les escapa de la memoria, lo llaman chickenzfixing, o gadjet' (1886). El origen parece ser el francés, donde gâchette aludía a las piezas de un mecanismo, como cerradura o un arma.
El gadget moderno por antonomasia es el electrónico, y suelen aflorar a las páginas de los periódicos en épocas prenavideñas, aunque también se encuentran sitios de la red que los reseñan constantemente. Un resumen de gadgets de 2001 en una web mostraba: consolas de juego, perros robot, patinetes con motor, PDA y teléfonos móviles. Como se ve, cosas todas ellas más o menos útiles, pero que son un perfecto (y caro) regalo.
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