La 'v' de EE UU no es doble
El consenso de los analistas señala que el crecimiento en Estados Unidos repuntará en los próximos meses. El estímulo fiscal y monetario y los bajos precios del petróleo terminarán por traducirse en más actividad. La forma que adoptará la salida de la actual recesión es la que está suscitando un interesante debate, en la medida que marcará el ritmo de subidas de los tipos de interés oficiales a lo largo del año.
En los últimos meses han proliferado las declaraciones en torno a esta cuestión, acentuándose en los últimos días, ante la inminente reunión de la Reserva Federal (próximos miércoles y jueves). A finales de 2001 el mercado se mostró muy optimista sobre la recuperación, dadas las sorpresas positivas de algunos indicadores. Éste fue el caso, por ejemplo, de los datos de consumo del último trimestre de 2001, que se vieron favorablemente afectados por factores puntuales como la 'financiación cero' en el sector del automóvil, la refinanciación de las hipotecas en un contexto de abultadas bajadas de tipos o el abaratamiento del precio del petróleo, que han contribuido a elevar la renta disponible de las familias. La consecuencia de este entusiasmo fue un repunte de los tipos de interés a largo plazo. Los más optimistas incluso revisaron al alza sus previsiones de crecimiento para 2002, dibujando una salida fuerte de la crisis.
La recuperación económica de Estados Unidos arrastrará al alza a los tipos de interés oficiales en la segunda mitad del año
A mediados de mes, Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, propició una caída de las rentabilidades de los tipos largos. Lo hizo señalando que hay riesgos a corto plazo sobre la recuperación. Los más pesimistas apuestan por una recuperación muy lenta (en forma de plato) o incluso por una falsa salida de la crisis (en forma de w, la también conocida como double dip). Así, el repunte esperado de la actividad en el primer trimestre de 2002 sería el preludio de una nueva caída. El argumento de peso que apoya este escenario es que el sector privado de la economía, empresas y familias, no ha llevado a cabo el ajuste necesario para liderar la recuperación.
La visión pesimista parece obviar que la productividad, a diferencia de lo ocurrido en anteriores recesiones, sigue mostrando tasas de crecimiento positivas y elevadas. Este comportamiento de la productividad permite confiar en la efectividad de las políticas de demanda y constituye un soporte para la recuperación en la segunda mitad del año hacia tasas próximas al potencial en 2003. Con independencia de que haya o no una nueva bajada de tipos oficiales, una cuestión menor, dada la magnitud de las bajadas acumuladas (475 puntos básicos en el último año), los tipos subirán, pero sin prisa, dada la ausencia de presiones inflacionistas y las incertidumbres pendientes.
Sonsoles Castillo es economista del servicio de estudios del BBVA.
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