El muro no cae entre los comunistas de Portugal
Renovadores y ortodoxos del PCP se enfrentan por los pactos con los socialistas tras las elecciones de marzo
La alianza con el Partido Socialista (PS) para formar una amplia alternativa de izquierdas está provocando una profunda división y enconados enfrentamientos entre comunistas renovadores y ortodoxos en Portugal. Dirigentes del aparato comunista rechazan alinearse con la 'política de derechas' del PS y sostienen que la propuesta de los renovadores está perjudicando la imagen y la estrategia del partido. Considerado como una indiscutible referencia de la lucha contra la dictadura salazarista, pero temido por el poderoso empresariado portugués, el PCP aún tiene pendiente la inevitable evolución que llevaron a cabo sus homólogos europeos tras la caída del muro de Berlín.
Los renovadores comunistas, completamente apartados de la dirección, han reclamado sin éxito un congreso extraordinario antes de las elecciones del próximo 17 de marzo y solicitan una plataforma de izquierdas para evitar el resurgimiento de una derecha en alza y fuera del poder desde la década gobernada por Cavaco Silva (1985-1995). Los dirigentes del sector renovador, encabezados por João Amaral y Edgar Correia, han conseguido que más de 700 militantes e intelectuales comunistas continúen insistiendo en su propuesta que el secretario general del PCP, Carlos Carvalhas, acabó por admitir sólo como mera posibilidad tras las elecciones y ante el temor a una avalancha de críticas en el caso de que la izquierda, actualmente con amplia mayoría en el país, facilite el regreso de la derecha. Entre los firmantes del manifiesto se encuentran, entre otros, los escritores Mário de Carvalho y João de Freitas Branco, el director de cine Luís Filipe Costa y los artistas Arlinto Terra y Virgílio Domingues, así como profesores universitarios o sindicalistas. No obstante, las declaraciones de João Amaral y Edgar Correia son calificadas por el órgano del PCP, la revista Avante, como 'una declaración de guerra' de consecuencias imprevisibles. El dirigente de la Comisión Política, Vítor Dias, afirma en un artículo titulado Amnesia todavía que el partido no está disponible 'para, por media docena de leyes, reformas o medidas positivas, pagar el altísimo precio de aparecer o ser presentado como fuerza de apoyo o soporte del PS y convertirse en cómplice de tres docenas de orientaciones, leyes o medidas absolutamente inaceptables'. Otro de los miembros del sector ortodoxo, Carlos Gonçalves, sostiene que el PCP no debe ceder a la tentación de 'poder participar en una solución de Gobierno que apoye una política de derechas'. El dirigente histórico Aurelio Santos reconoce que es preciso 'relanzar la izquierda', pero rechaza 'acuerdos sin principios' que sólo buscan 'un puesto en el poder con principios completamente suavizados'.
Un manifiesto de intelectuales pide que se cierre el paso a la derecha
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