Privatización sanitaria
Desde hace varias semanas ya se está dando un proceso de privatización en un servicio básico de Osakidetza y en dos hospitales a la vez: Txagorritxu (Gasteiz) y Galdakao. Se trata de poner en manos del negocio privado el servicio de lavandería. No es el primer caso en la red sanitaria pública; desde servicios quirúrgicos, radiológicos y de diagnóstico varios dados en concertación a la sanidad privada (con el consiguiente engorde de ésta, en detrimento de la inversión en la pública), hasta la venta de otros servicios auxiliares como limpieza, hostelería, mantenimiento, etc., es mucho el dinero público que se va a los bolsillos del negocio privado, que en muchas ocasiones coincide ser propiedad de allegados a la familia política del partido gobernante.
La lavandería es una pieza básica en el puzzle de las actividades de un hospital. El lavado, plancha, reparación, recogida y entrega de los uniformes de trabajo del personal y de los elementos de abrigo y aseo para los pacientes (equipamientos de camas, toallas, etc.) son básicamente sus funciones. Se podría afirmar que si este servicio se paraliza, el núcleo de la actividad asistencial quedaría paralizado. Esta apuesta de Inclán y del Gobierno de Gasteiz por la privatización es de tal calado y gravedad que la sociedad en su conjunto debe tomar cartas en el asunto.