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El Gobierno repatría menos del 3% de los menores inmigrantes que llegan a Andalucía y Cataluña

Tereixa Constenla

La Junta de Andalucía y la Generalitat de Catalunya mostraron ayer su preocupación por el escaso número de menores inmigrantes que son devueltos a sus familias de origen, lo que acentúa el riesgo de que acaben viviendo en la marginalidad o delinquiendo. El conseller catalán de Interior, Xavier Pomés, explicó ayer en Sevilla que sólo un porcentaje ínfimo, que cifró entre el 1% y el 2%, de los que llegan a su comunidad son repatriados. En el último año, sólo 14 menores han retornado a su país desde Cataluña, según el conseller.

En el caso andaluz, el consejero de Gobernación, Alfonso Perales, puntualizó que no disponían de datos concretos, aunque en cualquier caso la cifra de menores devueltos no superaba el 3% o 4% del total. Durante 2001, los centros de menores de Andalucía atendieron alrededor de 1.300 ingresos.

Perales pidió al Gobierno que agilice los expedientes de repatriación de menores, que exigen un procedimiento administrativo más complejo que en el caso de los adultos. Los menores son sometidos primero a una prueba oseométrica para comprobar que no tienen más de 18 años y, una vez acreditada su identidad, la Administración española contacta con la marroquí para tratar de localizar a la familia de origen. Sólo cuando existe la certeza de que el menor será entregado a su familia puede culminar el proceso.

Pomés matizó que, en muchos casos, las propias familias de origen se niegan a acoger al joven, lo que impide su regreso. 'Aquí un chaval de 12 años es un niño, pero en Marruecos es un adulto', dijo. A estas dificultades se agrega que, en ocasiones, el menor es 'un pionero que emigra con el esfuerzo económico de la familia', indicó Perales. Pese a ello, el titular de Gobernación insistió en que 'lo más sensato' es que los menores retornen con sus familias.

El conseller catalán señaló que, de continuar las actuales dificultades y la entrada constante de irregulares, existe 'el riesgo de crear una mentalidad de exclusión y recelo hacia el fenómeno migratorio'.

Ambos consejeros, que se reunieron ayer para intercambiar experiencias relacionadas con el fenómeno inmigratorio, consideran necesario impulsar la labor de organizaciones marroquíes para frenar las salidas clandestinas de inmigrantes hacia España. 'Es importante contactar para que puedan hacer una labor pedagógica entre la población para que sepan que su salida puede ser para caer en la marginación', indicó Pomés.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Lisboa desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera en Andalucía. Es autora del libro 'Cuaderno de urgencias'.

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