El Polisario libera a 115 prisioneros de guerra marroquíes tras más de 20 años
Los independentistas saharauis atribuyen su gesto humanitario a la mediación de Aznar
'El bien más preciado es la libertad', susurraba ayer bajo el sol del Sáhara el capitán de Infantería marroquí Mohamed Youssi, de 62 años; los 22 últimos, prisionero de guerra del Frente Polisario en Tinduf, en el suroeste de Argelia. Tembloroso aún, con una silla a la espalda, asistía en posición de firmes a su propia liberación. En un gesto de viejas guerras, antiguo, como el conflicto mismo del Sáhara Occidental, el Polisario entregó ayer al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a 115 prisioneros marroquíes, detenidos la mayoría hace más de veinte años.
'Personas muy próximas al presidente del Gobierno español nos hicieron llegar su petición de que liberáramos a prisioneros de guerra marroquíes', confirmó más tarde a este diario el secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz. 'Aceptamos porque era un gesto humanitario muy apropiado para el final del Ramadán y el comienzo del nuevo año'. Dicho esto, el presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) aprovechó la ocasión para afirmar que la situación de abandono de los más de 150.000 refugiados saharauis en Argelia es al menos equiparable a la de los militares marroquíes detenidos.
Fue una sencilla ceremonia en las instalaciones del Ministerio de Defensa de la RASD, reconocida por Argelia y por decenas de países africanos. Al frente de la tropa de cincuentones se situaban tres ancianos capitanes. Permanecieron sentados durante la mayor parte del acto. A sus 67 años, Tahir Tahiri, con 27 años de detención, podría considerarse como de los prisioneros de guerra más antiguos del mundo. 'Me arrestaron el 19 de noviembre de 1975, poco después de que empezara la guerra', relataba en árabe a un periodista argelino.
A su derecha, el capitán Youssi, de la ciudad de Fez, capturado por el enemigo el 10 de marzo de 1980, daba cuenta en francés de que el trato recibido por parte del Frente Polisario ha sido 'correcto, vistas las circunstancias'. 'Cuando se recupera la libertad te das cuenta de que es el bien más preciado', aseguraba Youssi, mientras lamentaba dejar 'tantos buenos amigos marroquíes' en las prisiones del Polisario en Tinduf. Tras la última excarcelación, la RASD sigue teniendo en su poder a 1.362 militares marroquíes.
'La guerra no ha terminado'
Al frente de una comisión internacional, Pierre Ryter, delegado del CICR para el Magreb, acompañó al grupo de prisioneros de guerra hasta el vuelo especial que debía trasladarles a una base militar próxima a Agadir (costa atlántica del sur de Marruecos). 'A la vista de su edad, de la duración de su detención y de las duras condiciones de esta zona, el estado físico de los prisioneros no es malo, pero se trata de hombres psicológicamente destrozados tras su largo cautiverio', informaba Ryter antes de que se iniciara, a las diez de la mañana de ayer, la ceremonia de entrega de los prisioneros de guerra, que contó con la presencia de representantes de la Cruz Roja española, de la Media Luna Roja argelina y de la Misión de las Naciones Unidas para el Sáhara (Minurso).
'La guerra no ha terminado; esto es sólo una tregua', atronaba desde la tribuna de la presidencia de la ceremonia Mohamed Jadad, miembro del Secretariado Nacional del Polisario y responsable de las relaciones con la ONU. Jadad advirtió de que no se producirán nuevas entregas de prisioneros mientras Marruecos no investigue el paradero de los combatientes saharauis desaparecidos y ponga en marcha el plan de arreglo que suscribió con Naciones Unidas, es decir, el referéndum para la autodeterminación del Sáhara Occidental.
'Yo sólo quiero volver a mi casa', se limitó a contestar un cabo llamado Ahmed, de 56 años. 'Cuando me fui vivíamos cerca de Rabat; ahora, nuestra casa está en Mohamedia ', relata este hombre enjuto y de barba cana. 'Cuando me detuvieron, mis hijos eran unos críos; hoy, mi hijo tiene 28 años y mi hija 26'. Las lágrimas asomaban a los ojos del cabo de las Fuerzas Armadas Reales marroquíes, capturado durante una incursión del Polisario el 22 de octubre de 1977 en la región de Tifariti (norte del Sáhara). España, la antigua potencia colonial, había abandonado el territorio del Sáhara dos años antes.
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