_
_
_
_
Reportaje:

El viejo Berlín no perdona

Los ex comunistas alemanes vuelven hoy al poder local de Berlín junto con el SPD contra la opinión de sus viejos militantes

Hace falta ir a Marzahn, una ciudad satélite tan al este de la capital alemana que ya no cabe en el mapa, para comprender lo dividida que sigue estando Berlín, en donde hoy se instala un Gobierno de coalición entre los socialdemócratas del SPD y los ex comunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS). Más de 11 años después de la disolución de la República Democrática Alemana, esta toma de posesión supone para el PDS un gigantesco paso hacia la respetabilidad política y nacional. Aquí, en Marzahn, sin embargo, donde el partido heredero del régimen socialista gobierna desde 1993 y donde en las pasadas elecciones obtuvo más del 50% de los votos, no se siente ningún entusiasmo.

Todo lo contrario: 'Estamos indignados', dice Günther, historiador en paro de 60 años, durante una reunión de las bases del PDS, el martes por la noche. El motivo: en el preámbulo del acuerdo con el SPD, negociado por los dirigentes del partido, se dice que el muro de Berlín implicó 'un duro sufrimiento' y la 'muerte' de cientos de personas, y de que, 'si bien la guerra fría fue conducida por ambas partes, la responsabilidad de este sufrimiento fue exclusivamente de los Gobiernos de Berlín Este y Moscú'. 'Aquí se está falsificando la historia', espeta Günther. 'La guerra fría no fue unilateral y tiene que ser vista desde todos los ángulos. Yo tampoco acuso al SPD de que fueran asesinados Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht mientras que los socialdemócratas estuvieron en el poder, en 1919'.

La media de edad de la veintena de militantes reunidos en un sótano repleto de pintadas izquierdistas y no tanto -'La libertad es una puta cara'- debe ser de más de 50 años. Aunque el PDS en las elecciones regionales de octubre fue votado por gran número de jóvenes, muchos de sus afiliados son jubilados, ex funcionarios del régimen. En cierto sentido, son los perdedores de la reunificación. Y se sienten estigmatizados: 'El oeste tiene que aceptar que también nosotros hemos vivido', dice una mujer. Pero las élites y muchos ciudadanos occidentales han querido escuchar disculpas, y la renovada cúpula del PDS, encabezada por el locuaz Gregor Gysi, se las han dado, a sabiendas de que buena parte de sus militantes están en contra.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_