El fiscal investiga a la Administración por el vertido de mercurio en el río Ebro
El juzgado de instrucción de Falset, al que la fiscalía de Tarragona ha remitido las actuaciones sobre la contaminación de finales de diciembre del río Ebro, investigará la actuación de las administraciones que gestionan y controlan el río, así como las causas por las cuales el agua contaminada con mercurio llegó a la red doméstica de cuarenta poblaciones de la provincia. El fiscal jefe de la Audiencia de Tarragona, José María Parra, recordó ayer que las administraciones tienen la función de controlar que los vertidos se realicen dentro de lo estipulado.
Las administraciones afectadas son la Agencia Catalana del Agua (ACA) y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). La primera depende del Gobierno catalán y la segunda, del central. La investigación se ampliará al Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT), desde cuyas instalaciones se distribuyó agua contaminada a 350.000 personas.
Respecto al juicio que todavía tiene pendiente Ercros por delito medioambiental, que se remonta a 1988-1993 (por almacenamiento ilegal y vertidos al Ebro y que está previsto que se realice el segundo trimestre de este año), el fiscal informó de que la Audiencia se ha puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores para confeccionar el calendario de la vista oral. Piqué, consejero delegado de Ercros, durante ese periodo, testificará en calidad de testigo de la defensa.
El Instituto Químico de Sarrià informó ayer sobre el estudio encargado por el Gobierno catalán sobre la contaminación de mercurio. El catedrático en Ingeniería, Julià Sampere, afirma que los niveles de mercurio detectados en el río no son atribuibles a un vertido, sino a la propia contaminación existente en el río, en el que ha habido 100 años de producción electroquímica.
Mancha negra en el Llobregat
Mientras el Instituto de Toxicología estudia las muestras del río Llobregat para analizar el origen del vertido de detergentes que el pasado martes mató a decenas de peces en el término municipal de Sant Boi, el río volvió a llevar ayer aguas turbulentas después de que se localizara una mancha negra a la altura de la depuradora del término municipal de Abrera, informa Dulce Valero.
Las primeras investigaciones vinculan el origen a empresas de tintes de la zona. El Departamento de Medio Ambiente afirmó que la depuradora no elimina el color y que el bajo caudal del agua dificultó su disolución. Pese a la presencia de la mancha, las aguas del río cumplen los requisitos de calidad que las hacen aptas para los usos establecidos.
La ACA estudia la aparición ayer de esta mancha así como de otro episodio de espuma, en este caso en el Ter, a la altura de la estación depuradora de aguas residuales de Girona. Los análisis se realizan con las muestras de la salida de la depuradora porque el vertido fue de espuma no tóxica, ya que no se detectaron peces muertos.
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