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Reportaje:

Pujol en el reino de las nanotecnologías

Visita a los escenarios donde se fragua el alto nivel científico de California

Francesc Valls

En California, esa especie de país de las maravillas científicas, se intenta responder a preguntas como si es posible meter toda la información de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos en un chip de ordenador del tamaño de un terrón de azúcar. La nanotecnología -nano significa una milmillonésima parte- inició su andadura hace unos 10 años y se ha convertido en una moda en esa área de vanguardia de investigación que rodea la bahía de San Francisco y que esta semana está visitando una delegación catalana encabezada por el presidente de la Generalitat.

Jordi Pujol viaja acompañado, entre otros, por los consejeros de Universidades e Investigación, Andreu Mas Colell, e Industria, Antoni Subirà, así como por Ramon Pascual, el hombre sobre el que descansa el proyecto científico de instalar un acelerador de partículas o sincrotrón en Cataluña.

Se quiere instalar en Cataluña un acelerador de partículas de tercera generación

La comitiva ha visitado una de las cunas científicas que marca pautas: el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, dentro de la Universidad de California. Allí, sobre una colina desde la que se divisa la bahía de San Francisco, biólogos, químicos y físicos investigan para que el próximo gran salto en tecnología sea para lograr átomo a átomo algo muy, muy pequeño: 'No podemos compararnos con California porque de la depresión nos meteríamos en la cama y nunca más volveríamos a levantarnos; pero tampoco podemos caer en la autocomplacencia', decía ayer Pujol.

Cataluña no renuncia a mirarse en ese espejo californiano, sostiene el presidente de la Generalitat, pero tiene ambiciones más pequeñas a las que intenta dar solución. Una de ellas es la instalación de un sincrotrón, proyecto en el que trabajan investigadores catalanes desde hace una decena de años, y para el cual, desde hace seis, aporta religiosamente su partida el Gobierno central.

La idea es instalar en Cataluña un acelerador de partículas de tercera generación, que supone un coste de unos 96 millones de euros, para dar servicio al área del sur de Europa, donde ya hay en funcionamiento siete u ocho sincrotrones. Porque Cataluña es identidad y lengua, pero también sincrotrón y nanotecnología, se esforzaba Pujol en subrayar ayer después de firmar un convenio de intercambio de profesorado con Berkeley. El presidente catalán hizo estas afirmaciones ante Robert Berdahi, rector de ese campus, a quien obsequió con un par de libros: Getting to know Catalonia y Gaudí. Pujol no renunció a hacer pedagogía en Berkeley ni ante el rector ni a los periodistas, a quienes destacó: 'Estos cerebros trabajan en barracones y no protestan', señalando las instalaciones prefabricadas que jalonan el acceso al Lawrence Berkeley Laboratory.

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En esa jornada de inmersión científica, el presidente catalán tuvo oportunidad de ver cómo la universidad ha hecho de la necesidad virtud y cómo a la sombra de las actuales restricciones de luz que vive el Estado de California -tras el fiasco de la liberalización y quiebra del sector- han florecido los estudios tendentes al ahorro energético. El medioambientalismo cobra un interés inusitado cuando más se precisa recurrir a argumentos de sostenibilidad para ahorrar energía. Así destacan los simulaciones efectuadas por ordenador sobre cómo reducir la temperatura de las islas de calor urbanas -las grandes ciudades- con utilización de un tipo determinado de materiales de construcción, zonas verdes con los árboles apropiados y asfalto especial. Todo ello puede suponer que la temperatura de una ciudad baje unos dos grados y ello redunde en un descenso del consumo energético de aparatos de aire acondicionado.

También los estudios lumínicos cobran especial interés. La lámpara Berkeley, de fluorescentes compactos, cuenta con el apoyo de empresas eléctricas y la Administración por el ahorro de energía que supone.

Tras este chapuzón científico, Pujol se adentró en Silicon Valley, donde mantuvo una reunión con directivos de Apple Computer sobre asuntos relacionados con informática y educación. La agenda de Pujol también preveía ayer continuar en Silicon Valley con una visita y mesa redonda en la NASA y posterior desplazamiento a Sun Microsystems.

Pujol en la sede de la empresa Apple.
Pujol en la sede de la empresa Apple.EFE / MIGUEL GONZÁLEZ

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