Avanzar en democracia sanitaria

Si se tratara sólo de tecnología, tal vez no habría mucho espacio ni oportunidad para un impulso modernizador específico en los servicios sanitarios andaluces. Sin embargo, modernizar es también avanzar en el desarrollo de nuevos derechos para los pacientes; es responder a sus nuevas demandas; es, en definitiva, adaptar los servicios públicos a la nueva realidad civil. Es mas, una concepción de la modernidad exclusivamente tecnológica, podría conducirnos a un sistema de salud autónomo, distante, -incluso despótico-, para el cual el ciudadano no es mas que un sujeto pasivo sometido a las decisiones de los profesionales.

Lo que proponemos como elementos modernizadores del sistema sanitario andaluz son un grupo de medidas que configuran lo que se viene conociendo como 'democracia sanitaria' y que van dirigidas a la asimilación de todo lo que de positivo aporta la tecnociencia, y al mismo tiempo, reafirmando los derechos individuales del paciente, desarrollando los derechos colectivos de los usuarios, incrementando la transparencia del sistema, para, en definitiva, democratizar la política sanitaria.

La calidad de los servicios sanitarios no puede ya ser definida en términos estrictamente académicos; debe ser reformulada desde una perspectiva civil: calidad no sólo científico-técnica sino también sentida como tal por el paciente y aplicada no sólo a los procesos, sino también a muchas otras cuestiones entre las cuales podríamos destacar el derecho a recibir atención en un plazo de tiempo acorde con las características del proceso y también con las circunstancias específicas del paciente y el derecho a una segunda opinión médica en situaciones de especial relevancia. Todas las nuevas tecnologías de la información y sus aplicaciones como la telemedicina deben ponerse al servicio de estos objetivos.

Pero, sobre todo, desde el PSOE-A consideramos que es el momento de dar nuevos pasos en favor del enfermo como sujeto de derechos no estrictamente relacionados con la protección a su salud, sino con su desarrollo como persona. Estar enfermo nunca debería constituir una merma en el ejercicio de estos derechos. El derecho de los pacientes a la privacidad, a la confidencialidad, entendida como el derecho al respeto del secreto médico y a la capacidad de decidir sobre el uso de la información que le concierna, el derecho a la no discriminación por razones de sus características genéticas, el derecho a una información apropiada que garantice el ejercicio efectivo de la autonomía, junto al derecho a poder morir dignamente, componen esta nueva generación de derechos y de cuyo adecuado ejercicio depende en sentido amplio la modernidad de nuestro sistema sanitario. En tal sentido, el respeto a estos derechos debería ser un elemento a incorporar en la evaluación objetiva de los centros sanitarios previa a la acreditación de los mismos.

En fin, los comités de Bioética, que deben constituirse en todas las instituciones sanitarias andaluzas, deben ser los instrumentos que traten de frenar la tendencia natural de un sistema tan tecnificado como el sanitario a huir del individuo. Se trata, en definitiva, de hacer que el componente tecnocientífico se impregne de una vocación antropocéntrica, pues, como ya alguien señalara, 'para salvar nuestra ciencia y nuestra técnica, debemos primero salvar al hombre, rindiendo justicia a la naturaleza humana'. Nos parece que esta reflexión es particularmente aplicable en el caso de los servicios públicos de salud.

Antonio Núñez Roldán. Portavoz de Salud del Grupo socialista en el Parlamento de Andalucía.