La UE autoriza sacrificar los cerdos inmovilizados por la peste porcina

El Comité Veterinario de la Unión Europea dio ayer un primer paso para aligerar la situación que viven los ganaderos de Osona por el brote de peste porcina clásica aparecido a principios de diciembre. En la reunión celebrada ayer autorizó el sacrificio de los animales inmovilizados por encontrarse dentro de los radios de vigilancia de los focos detectados. Esto permitirá aliviar algunas granjas donde los animales ya no caben y corren el riesgo de morir por asfixia. El comité no estudió en cambio aplicar medidas de mercado.

El consejero de Agricultura, Josep Grau, pidió al Gobierno central que comprara los cerdos inmovilizados en Osona que han sobrepasado el peso reglamentario para ir al matadero para venderse como carne fresca. En esa situación hay, estima Agricultura, más de 100.000 animales.

La medida adoptada ayer por el Comité Veterinario de la UE permite que los animales puedan sacrificarse en dos mataderos situados dentro de la zona afectada por la peste, los de Esfosa y Le Porc Gourmet, a los que Agricultura abrió un expediente por presuntas irregularidades. Los animales que sean sacrificados deberán someterse a un tratamiento térmico antes de destinarse al consumo humano. En cualquier caso, no podrán consumirse como producto fresco. De todas formas, Grau coincide con los ganaderos en reiterar la necesidad de que la Unión Europea autorice las medidas de mercado previstas en estas circunstancias, pero esta cuestión no se abordó en la reunión de ayer.

Los ganaderos afectados por la peste porcina empezarán a recibir ayudas económicas a partir de la próxima semana. Grau ha confirmado que el Instituto Catalán de Crédito Agrícola adelantará estas ayudas por valor de 30,05 millones de euros (5.000 millones de pesetas) y que en febrero la Generalitat abonará la parte que le corresponde de estas indemnizaciones y financiará la mitad de las ayudas de la UE.

En este sentido, Caixa de Manlleu ha abierto dos líneas de financiación específicas para los afectados por la peste. Una de estas líneas permite a los clientes de la entidad cobrar un adelanto de la indemnización por sacrificio de animales. La otra medida es una póliza de crédito para facilitar liquidez a los ganaderos afectados por la inmovilización.

Sacrificio por electrocución

Los tiros de escopeta han dejado de resonar en Osona. Aún no se ha erradicado la peste porcina y sigue el sacrificio de ganado, pero desde este fin de semana se utiliza un nuevo sistema mucho menos traumático para los animales pero también para los ganaderos, que hasta ahora contemplaban desesperados cómo agonizaban sus cerdos en las fosas.

El Departamento de Agricultura ha desembolsado 360.607 euros para comprar dos camiones que permiten sacrificar a los animales mediante electrocución. Aún no se dispone de este nuevo material, y por ello se ha alquilado un camión de estas características en Holanda que ya ha empezado a trabajar.

Las ventajas de este sistema son muchas. Por un lado es mucho más ágil. El camión se traslada de granja en granja, los animales son introducidos dentro del vehículo, se cierra y se inican las descargas eléctricas. No hay errores y no pasa como ahora que algún animal no recibe un disparo letal y hay que rematarlo. Además es muy rápido ya que permite matar 900 animales por hora. Y mucho más limpio. Una vez muertos, los animales son enterrados en fosas debidamente impermeabilizadas y se cubre los cadáveres con cal viva.

La nueva medida llega después del sacrificio de 42.000 cerdos en Osona desde principios de diciembre. Aún faltan por sacrificar unos 12.000 más, los de las 21 explotaciones situadas en el radio de un kilómetro del foco de peste de la granja Coll-suri de Manlleu.

Estos sacrificios tenían que empezar el lunes pero se han retrasado debido a las condiciones del territorio, con muchos acuíferos subterráneos, y por el elevado número de animales. Estas circunstancias han llevado al Departamento de Medio Ambiente a recomendar que no se entierren en fosas una vez sacrificados. Excepcionalmente, una vez muertos, los cerdos se trasladarán a una planta transformadora en Llerona, donde se les quemará.