El inspector de Hacienda juzgado por fraude al IVA niega su implicación

El inspector de Hacienda acusado de participar en un fraude superior a los 5.000 millones de pesetas en la cotización del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), Juan García Ruiz, negó ayer ante el tribunal de la Audiencia de Málaga que enjuicia el caso su relación con la trama. La fiscal y el abogado del Estado lo consideran uno de los cerebros de la estafa junto con su hermano, el ingeniero fallecido Francisco García Ruiz, y lo acusan de haber emitido facturas falsas y amañado inspecciones fiscales.

La acusación pide para Juan García Ruiz un total de 28 años de cárcel por falsedad en documento público y privado, delito fiscal, estafa y cohecho. Su declaración era la más esperada en la primera fase del juicio, aunque ninguno de los restantes acusados, que han sido escuchados por el tribunal en días anteriores, lo ha señalado, como tampoco nadie ha reconocido haber presentado facturas falsas en sus declaraciones de Hacienda.

García Ruiz centró su intervención en explicar que, a finales de 1979, su hermano Francisco, conocedor del mundo de la construcción, llegó a Málaga después de haber trabajado en el extranjero y se interesó en montar algún negocio. Sabiendo que su familia política tenía dinero, asegura que lo puso en contacto con su suegra y su esposa y al poco tiempo se asociaron en varias empresas dedicadas a la construcción.

El inspector de Hacienda precisó que durante el tiempo en que su esposa estuvo vinculada a estas empresas, ni ella ni él se ocuparon de la gestión de las mismas, ya que se hacía cargo su hermano. Añadió que en 1983 el negocio entró en crisis, y dos años después su esposa abandonó las empresas, creando entonces una serie de sociedades patrimoniales a través de las cuales gestionó los bienes que le correspondieron en el reparto, acto en el que sí reconoció su participación.

Ruptura de relaciones

García Ruiz añadió también que el fracaso de los negocios familiares propició un enfriamiento de las relaciones con su hermano y negó haber tomado parte en el entramado a través del cual se llegaron a defraudar más de 5.000 millones de pesetas al fisco.

La acusación cree sin embargo que el inspector fue una pieza clave en la estafa. En el escrito de calificación, la fiscal destaca las conexiones de Juan García Ruiz con gran parte de los empresarios acusados de comprar facturas falsas y le acusa de haber inspeccionado varias de estas empresas en la etapa en que el fraude se estaba llevando a cabo, 'con pronunciamientos favorables a pesar de conocer las irregularidades existentes'. También sostiene que fue el inspector de Hacienda, y no su esposa -ama de casa-, quien se ocupó siempre de la gestión de los negocios inmobiliarios del matrimonio. Por último, le acusa de haber ingresado en las cuentas de las sociedades patrimoniales de su esposa en el año 1989 facturas falsas por valor de más de 80 millones de pesetas emitidas por dos de las empresas ficticias creadas por su hermano.