Las marcas europeas robarán cuota a las americanas

Casi el mismo día en que el segundo fabricante mundial, Ford, anuncia su plan de reajuste con el cierre de cinco fábricas y el despido de 35.000 empleados, la consultora KPMG hacía público un estudio según el cual las firmas automovilísticas europeas podrían desbancar a las norteamericanas del liderazgo mundial durante los próximos años. Concretamente, durante el próximo lustro, las marcas europeas incrementarán significativamente su cuota de mercado en detrimento de sus rivales de Estados Unidos.

Según el citado estudio, ésa es la opinión de al menos el 51% de los primeros ejecutivos de la industria que han sido consultados durante los meses de octubre y noviembre de 2001. Esa misma cifra refleja a los que creen que las firmas norteamericanas descenderán, y son muchos más (74%) los que están convencidos de que las marcas asiáticas resultarán también muy favorecidas.

De cualquier manera, a pesar de esa pérdida de mercado, según el 54% de los ejecutivos encuestados, dentro de cinco años las compañías estadounidenses volverán a ser las más rentables. El 36% augura ya una mejora de los resultados en 2003 y el 24% fija en el ejercicio de 2004 los niveles más altos de beneficios.

Para ello, habrán tenido que solucionar los principales problemas a los que se enfrenta este sector industrial en EE UU, que están siendo acentuados por la pérdida de ventas de algunos de los modelos tradicionalmente más arraigados en el mercado americano. Es el caso de los denominados 'multifuncionales', un producto típicamente 'made in América' con escasa presencia en otras latitudes. Y algo parecido les ocurrirá a los monovolúmenes y los de mayor capacidad. Una situación que según Brian Ambrose, responsable de esta actividad en la consultora, 'podría suponer una mayor presión para los fabricantes, que se verán forzados a cubrir altos costes para mantener sus fábricas funcionando. El incremento de las ventas enmascara muchas deficiencias de esta industria. Si las ventas descienden en los próximos dos años, la producción tendrá que ser reducida también a través del cierre de plantas o con procesos de concentración.'