La enseñanza universitaria para adultos crece sin regulación estatal
Alicante albergará el próximo encuentro nacional de Programas Universitarios para Mayores
Bajo el lema subyacente de una educación para todas las edades, las universidades incrementan las acciones que desarrollan los programas para mayores de 55 años. Se observan distintos enfoques educativos en una red que en España surgió como consecuencia del Plan Gerontológico estatal de 1992, para responder a las inquietudes culturales de una población en progresivo envejecimiento.
Entre el 15 y el 18 de abril la Universidad de Alicante acogerá el VI Encuentro Nacional de Programas Universitarios para Mayores. Responsables de las 46 universidades públicas españolas y 11 privadas, que desarrollan actualmente programas para mayores, acudirán a la ciudad alicantina para debatir con detenimiento la metodología de estos proyectos.
Las primeras promociones de mayores de 55 años ya han salido del aula
Pero la educación universitaria valenciana para personas mayores está de actualidad no sólo por convertirse Alicante en sede estatal, sino por el impulso acometido durante este último curso. Para algunas universidades, constituye el fin de la primera promoción y la consiguiente revisión de una enseñanza sin patrón uniforme aunque en expansión.
La Universidad Politécnica de Valencia encara 2002 sumida en una reestructuración de contenidos. Enero es también mes de estrenos: 85 nuevas plazas para mayores de 55 años en la sede universitaria de Alcoy, sin descartar incrementar también este alumnado en el campus de Gandia.
La Universidad de Valencia ha puesto en marcha itinerarios más técnicos con tres nuevas líneas curriculares: Ciencias Básicas, Salud y Sociales para el curso 2001-2002. Aunque cuida el itinerario predilecto, Historia del Arte, con un segundo grupo inaugurado este año, ante la desbordante demanda en los tres años de funcionamiento. Además, el vicerrectorado de Extensión Universitaria ampliará la formación un año más en todas las líneas existentes para permitir que la primera hornada de estudiantes -que se debería graduar este año- prolongue su formación un curso más. Los estudiantes agradecen la posibilidad de disponer de un año adicional y han constituido una Asamblea de Representantes de Alumnos (ADR) que durante este mes de enero prepara elecciones, equiparándose en representatividad a sus compañeros de menor edad.
Castellón, con la primera promoción de graduados ya fuera del aula, pule una enseñanza donde aterrizan anualmente 41 profesores de 34 áreas de conocimiento. Como la Politécnica de Valencia, no descarta la extensión de la Universitat per a majors a alguna de las sedes comarcales. Asimismo, la Universidad Miguel Hernández y la privada Cardenal Herrera-CEU recalcan el incremento de la demanda en una universidad que ha dejado de ser un coto cerrado para la gente joven.
Por otra parte, el 'mecenazgo' avanza. Este curso la dirección deneral aportará un total de 24.040 euros (4 millones de pesetas) a cada una de las 6 universidades. En la edición anterior el CEU San Pablo, la Politécnica de Valencia y la Miguel Hernández recibieron dicha cantidad, mientras que las demás universidades valencianas percibieron 13.823 euros (2.300.000 millones de pesetas). Además del apoyo de la Consejería, las universidades reciben la colaboración del Imserso y de diversas entidades municipales y bancarias.
'Hay un proceso de regularización de esta enseñanza. Es necesario estructurar una formación que surgió casi de manera espontánea para dar una respuesta social y que hasta ahora el ministerio no ha tomado en serio', reivindica Concepción Bru, directora de la Universidad Permanente de Alicante y miembro de la Comisión Nacional conformada por 10 vocales de universidades, un representante de la Administración y otro del Imserso. Bru aboga no tanto por la unificación de contenidos, sino por la necesidad de crear una 'red nacional' que posibilite el intercambio de experiencias. A propuesta de esta Comisión Nacional, la Ley Orgánica de Universidades (LOU) recogió dos enmiendas para contribuir al desarrollo normativo de esta enseñanza.
En cuanto a las subvenciones, la directora alicantina las tilda de 'insuficientes' por la envergadura de los proyectos. 'Con las ayudas que tenemos hasta la fecha cubrimos el 10% de los gastos', calcula la responsable.
Disparidad en precios y número de créditos
Estudiar en los distintos programas de formación para mayores afecta de manera muy dispar al bolsillo y a la asistencia del estudiante: el criterio evaluador de esta enseñanza. El precio varía hasta un 1.000%, mientras que la cantidad de créditos para obtener el título se duplica de una universidad a otra. La Universidad de Valencia tiene el crédito más barato: un curso de 30 créditos -cada uno equivale a 10 horas lectivas- cuesta 60,10 euros (10.000 pesetas). En el otro polo, la Cardenal Herrera CEU, con 12 créditos al año y un precio de 240,40 euros (40.000 pesetas). Así, cursar un crédito cuesta algo más de 2 euros en la primera y supera los 20 en la segunda. En la Politécnica de Valencia hay que pagar entre 60,10-72,12 euros (10.000-12.000 pesetas), es decir la misma cantidad que en la Universidad de Valencia, aunque la carga lectiva se reduce a 12. El crédito en la Universidad Jaume I sale igual que en la Politécnica. La diferencia entre ambas estriba en el itinerario exigido. En la universidad de Castellón se deben completar 24 créditos anuales, además del trabajo fin de estudios de 8 créditos. El coste del año aquí asciende a 120,20 euros (20.000 pesetas). Más cara resulta la enseñanza en Alicante: 18 créditos cuestan 180,30 euros (30.000 pesetas). En todas las universidades existen becas sobre el total del coste a tenor de las subvenciones recibidas.
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