La llegada masiva a Bilbao de menores inmigrantes desborda las previsiones
Las 90 personas acogidas en Loiu doblan la capacidad del albergue
El incremento en la llegada de inmigrantes menores de edad a Vizcaya, principalmente procedentes de Marruecos, está desbordando las previsiones de la Diputación de Vizcaya, responsable de darles acogida. El albergue de Loiu da ahora alojamiento a unos 90 menores, el doble de la ocupación idónea, tras la entrada a lo largo del mes de diciembre de otras 44 personas, de las que 12 fueron calificados de conflictivos.
El crecimiento de actos delictivos en la zona, atribuido a los jóvenes inmigrantes, ha obligado a los responsables del centro de acogida a volver a imponer medidas de control, como ya hizo el pasado mes de junio ante otro brote de conflictividad. Todos los menores que deseen salir del centro lo deben hacer en compañía de monitores.
La Diputación cuenta con la colaboración de la asociación de inmigrantes marroquíes Azraf, cuyos portavoces advierten de que el problema seguirá creciendo y sugieren cooperación en los puntos de origen para hacer innecesaria la inmigración.
Cualquiera de los 90 menores inmigrantes acogidos en el centro Zabaloetxe de Loiu que quiera salir al pueblo lo hace vigilado por monitores de la residencia. Así lo ha determinado el área de Acción Social de la Diputación de Vizcaya tras la llegada masiva de jóvenes en las últimas semanas y el resurgimiento de los conflictos. La institución recupera de esta manera una medida vigente el pasado mes de junio cuando un grupo de menores sembró el pánico en la zona. Desde entonces hasta diciembre pasado la tranquilidad había sido la nota dominante, informan en la institución. Pero, de nuevo, ha saltado la alarma.
Los extranjeros menores de edad o con un aspecto que les permite engañar sobre su fecha de nacimiento (la media de ingreso está entre 16 y 19 años y el 38% es mayor de 18) que recalan en España saben dónde dirigirse. Casi todos llevan junto a su ligero equipaje un teléfono móvil por el que otros que llegaron antes les avisan de que Bilbao es su destino. En 1996 llegaron los cinco primeros menores sin compañía al colegio de acogida de jóvenes marginados San José Artesano, que así se llamaba entonces. Al año siguiente, el número procedente de Marruecos, mayoritariamente, y también de Angola y países del África subsahariana se elevó a 15 y en los años sucesivos fue ascendiendo de manera tan vertiginosa que en 2001 alcanzó los 371, según datos de la Diputación de Vizcaya.
Con el incremento de menores apareció la masificación y los conflictos, ya que una minoría empezó a perpetrar actos delictivos que sobresaltaron a la tranquila población de Loiu, de 1.700 habitantes, y a otras colindantes. 'Hemos tenido una auténtica avalancha en las últimas semanas. En los meses de octubre y noviembre se incrementó el número de chavales pero en diciembre llegaron 44, de los que 12 eran muy conflictivos. Algunos venían de cumplir condenas en centros especiales', explicó Ricardo Ansotegi, diputado de Acción Social de Vizcaya. De los 12 menores, seis procedían de centros de internamiento: cuatro de Barcelona, uno de Madrid y otro del País Vasco. Los delitos que habían cometido fueron fundamentalmente robos. La mitad abandonó pronto el centro. Algunos estuvieron apenas una semana o un máximo de dos, según sus fichas.
Sin embargo, durante el escaso tiempo que permanecieron en Loiu se registraron incidentes, tanto en el interior del centro como en la vía pública, atribuidos en parte a los menores recién llegados. Así, el pasado 4 de enero, dos menores acogidos fueron relacionados con un robo con violencia de 50.000 pesetas a un anciano en Erandio. A pesar de ello, el testigo no pudo identificar a los autores a los que describió como jóvenes de rasgos magrebíes. El director del centro se ofreció a devolver el dinero usurpado pero nadie acudió a reclamarlo.
Otro menor que había inhalado disolvente se enfrentó a sus compañeros y tuvo que acudir la Ertzaintza. Además, se han encontrado cabinas rotas en el pueblo y se ha sabido de otros incidentes imputados a menores extranjeros.
La Diputación vizcaína reconoce que la masificación no ayuda a la convivencia ya que el número adecuado que puede ser atendido debidamente oscila entre los 40 y 50. 'Todo esto rompe la convivencia y yo comprendo que empiece a cundir el miedo pero no soy competente para expulsar a nadie', argumenta Ansotegi, al que se han dirigido varios vecinos de Loiu en las últimas semanas para exigir medidas ante la situación.
'La cuestión es que presumiblemente van a seguir llegando y nosotros tenemos que acogerles', reconoce. Con el fin de paliar la situación, la institución espera abrir un nuevo centro en Vizcaya en los próximos meses aunque la búsqueda del mismo no está resultando fácil.
Viaje desde el Rif
Más del 90% de los menores en Loiu son magrebíes. Muchos proceden del Rif, antigua colonia española, y una de las zonas más pobres del país. Lo sabe muy bien Azdin Elekhattabi, natural de Rif, quien llegó a España hace un año y es uno de los responsables de Azraf, Asociación Cultural de Inmigrantes Marroquíes en Euskadi, fundada hace dos años y que colabora con la Diputación de Vizcaya en la atención a los menores procedentes de Marruecos. La colonia marroquí en Euskadi alcanza los 3.000 residentes. 'Habrá más, por eso tiene que abrirse un nuevo centro que los pueda acoger', explica. Resalta que los menores que originan problemas son una minoría. 'Están desesperados. Dejan atrás sus familias, sus costumbres, no tienen dinero, están solos', argumenta. 'La cooperación debe ser con los movimientos sociales de Marruecos, para que no sea necesaria la emigración', arguye Azdin Elekhattabi
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