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Los viveros municipales, colapsados ante la falta de demanda de árboles

CC OO denuncia que cada día se reciben más de 1.000 ejemplares en las plantaciones

Los dos viveros municipales que abastecen de árboles a la capital están colapsados ante la falta de pedidos. Estos centros reciben al día cientos de ejemplares que están saturando sus instalaciones. En el de la Casa de Campo y en el de Puerta de Hierro hay, en total, cerca de 35.000 árboles, según CC OO. 'Casi nadie nos llama para pedir ejemplares, que son gratis', afirman varios empleados. Los árboles que no tienen salida terminan convertidos en abono. El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri no habla de colapso, pero reconoce que hay 'un stock de arbolado muy fuerte'.

Los viveros municipales de la Casa de Campo y de Puerta de Hierro -también llamado de Migas Calientes- se encargan, entre otras funciones, de abastecer a las calles de la capital de árboles. Estos centros, que dependen de la Concejalía de Medio Ambiente, tienen ejemplares de producción propia y árboles que les llegan de las sanciones que el Ayuntamiento impone a las empresas (por ejemplo, si quitan un árbol por una obra tienen que reponer tantos ejemplares como años tenía el ejemplar dañado). También reciben los pinos y abetos que los madrileños han usado para decorar su casa en las pasadas fiestas navideñas.

Todos esos árboles se quedan en los viveros y, en teoría, tienen que ir saliendo, ya que estos centros municipales los ofrecen gratis a todas los organismos públicos que lo soliciten (juntas de distrito, colegios, comunidades de vecinos, residencias de ancianos...). Pero esta temporada, que empezó el pasado mes de octubre y terminará el próximo marzo, entre los dos viveros han tenido sólo 1.000 pedidos, mientras que cerca de 35.000 ejemplares se están acumulando en sus instalaciones, según denuncian varios empleados y el sindicato CC OO. Además, en las próximas semanas esperan que entren 6.000 más.

'Hay árboles que, después de estar en el vivero tres años, ya no pueden ser plantados ni en las calles ni en los parques, porque han crecido mucho. La gente quiere árboles más pequeños y, por ejemplo, no quieren chopos porque dan alergia', explica Ana Sánchez, delegada de CC OO en el área de Parques y Jardines. Y añade: 'La mayoría de las veces piden árboles que no corren peligro o especies que aquí no tenemos'.

Los árboles, cuando ya no sirven, pasan a la planta de compostaje que hay en el vivero de Puerta de Hierro y allí, tras un año de fermentación, se transforman en abono que se usa en los parques.

La acumulación de ejemplares está haciendo que algunos días los empleados de los viveros tengan que retener las entradas de más árboles porque no dan abasto con el trabajo. Los trabajadores de los viveros -hay 12 en Puerta de Hierro y 21 en Casa de Campo- se pasan el día recibiendo camiones y haciendo hueco donde pueden a los nuevos ejemplares. Según algunos trabajadores, los últimos días están recibiendo, a diario, cerca de 1.000 árboles.

El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, reconoce que en los viveros municipales 'hay un número muy importante de unidades arbóreas', aunque no comparte las cifras de CC OO. 'Entre los dos viveros hay cerca de 18.000 árboles y, según los técnicos, es aconsejable que todos se planten en las dos próximas temporadas porque, si no, se estropearían. Los que más urgencia corren son 800 chopos que hay en Puerta de Hierro', explica el concejal.

García-Loygorri afirma que 'el estricto cumplimiento de la ordenanza' ha contribuido a llenar los almacenes de los viveros. 'Si después de quitar un ejemplar debido a una obra la empresa nos tiene que dar 100, podemos volver a plantar uno en el mismo sitio, pero los otros los tenemos que enviar a los viveros', comenta.

Para CC OO y los empleados de los viveros la solución al problema de saturación pasa porque desde el Ayuntamiento den más publicidad al hecho de que las instituciones públicas que lo soliciten pueden conseguir árboles gratis en los viveros. 'No tenemos pedidos porque hay poca gente que sabe que aquí los damos gratis, no a todo el mundo, claro, pero si un colegio, un distrito o una comunidad de vecinos necesita árboles se los regalamos', explica un empleado del vivero de Casa de Campo. En un vivero privado un árbol cuesta entre 3.000 y 80.000 pesetas.

Adriano García-Loygorri, en cambio, asegura que se ha dirigido a las 21 juntas de distrito ofreciéndoles los servicios de los viveros, pero que sólo le han contestado 12. 'Los barrios necesitan cada vez menos árboles, porque las labores de cuidado son mejores y están mejor conservados que antes', explica, 'lo que vamos a hacer con los árboles que se acumulan en los viveros es forestar las zonas que no tienen arbolado'. Y agrega: 'Espero dar salida a todo lo que hay en los viveros'.

CC OO exige, además, más personal y que se mejore la tecnología de los viveros. 'El riego lo hacemos a mano y los agujeros con pala', denuncia Alfonso Arriero, del sindicato. 'Hemos mejorado el servicio con mejoras en los medios técnicos que han supuesto un ahorro de 600.000 euros', contesta, por su parte, García-Loygorri.

Rosas, chopos y otros ejemplares

Chopos, plátanos, sóforas, pumilas, sauces, pinos, plantas de temporada, rosales... En Madrid hay cuatro viveros municipales de árboles, plantas y flores (Casa de Campo, Puerta de Hierro, Retiro y Parque del Oeste) que guardan entre sus muros cientos de especies.

Todos dependen de la Dirección de Servicios de Parques y Jardines de la concejalía de Medio Ambiente. En ellos trabajan funcionarios y personal que viene a través del Instituto Madrileño para la Formación y el Empleo (Imefe). Los empleados se encargan de recibir los ejemplares nuevos y de cultivar y conservar los árboles de producción propia.

El vivero de Casa de Campo tiene una superficie de 150.000 metros cuadrados y es el más extenso de los cuatro. En él se cultivan árboles, arbustos y coníferas. Este centro cuenta, además, con 657 metros cuadrados que se utilizan como invernadero.

El de Puerta de Hierro, con una extensión total de 11.000 metros cuadrados, se nutre de las aguas procedentes de la depuradora de viveros y está dedicado, sobre todo, al cultivo de árboles de sombra.

La mayoría de los árboles puede estar en un vivero un mínimo de tres años y un máximo de cinco. Los ejemplares más difíciles de regalar son los chopos.

Además de dar alergia, estos árboles crecen muy rápido: sus raíces se enroscan en las tuberías y en los conductos de gas y sus ramas pueden llegar a colarse por las ventanas de los pisos.

El vivero de Estufas del parque del Retiro - con 35.000 metros cuadrados- está dedicado a la producción de plantas de flor de temporada y plantas de interior y exterior, que se usan, sobre todo, para adornos municipales. Dispone además de una superficie de invernadero de 3.500 metros cuadrados.

Por último, la Rosaleda, en el Parque del Oeste, es, a su manera, también un vivero. En este lugar se cultivan rosas y se celebra una vez al año un concurso internacional de este tipo de preciada flor.

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