Maternidad más allá de la menopausia
Las técnicas de reproducción asistida permiten tener hijos después de los 50 con óvulos de donante
Hace 25 años, cuando muchas de las técnicas de fecundación asistida se encontraban en fase experimental, la maternidad se detenía en los umbrales de la menopausia. Hoy, la estimulación ovárica y la fecundación in vitro permiten ser madres a mujeres que se hallan en el límite de su ciclo reproductivo. Pero no sólo eso: una vez que se cruza esta línea, la puerta tampoco se cierra: el embarazo sigue siendo posible fecundando en laboratorio un óvulo de donante que se implanta posteriormente en la mujer madura.
¿Hasta qué edad? Eso ya no es decisivo si el estado de salud de la mujer puede soportar un embarazo y un parto, habitualmente con cesárea. 'En realidad, el útero no tiene edad', precisa Pere N. Barri, de la clínica Dexeus, en Barcelona. 'No envejece. Lo que se extinguen son las reservas de óvulos propios, que nosotros fijamos en torno a los 44 años', añade. Pero eso no es decisivo si se recurre a donante. Los límites no son ya ginecológicos, sino médicos.
El útero no envejece. Lo que se extinguen son las reservas de óvulos propios
A partir de los 50 años el organismo no se adapta bien al embarazo
Depende de cada mujer, pero las estadísticas son claras: 'Las tasas de embarazo descienden a partir de los 40 años y por encima de los 44 el embarazo es infrecuente', argumenta Barri. 'Para determinar si una mujer de algo más de 40 años puede ser madre con sus propios óvulos, se le hacen análisis hormonales para comprobar sus reservas, y si están plenamente activas, se le aplica el tratamiento al límite. Posteriormente se hace un diagnóstico prenatal para descartar los embriones no sanos y se le implantan tres o cuatro con poco riesgo', agrega el especialista. Con los controles pertinentes, el embarazo apenas plantea riesgos.
A partir de los 45 años, la fórmula varía: la mayoría de las mujeres requieren óvulos de donante. Pero entonces la frontera se alarga considerablemente. 'Ya no existe una frontera clara; yo, al menos, no la tengo', afirma Santiago Palacios, director del Instituto Palacios, en Madrid. 'En los últimos 50 años se han producido avances claves en tres campos que inciden en la propia idea de maternidad. Por un lado, la genética permite un diagnóstico prenatal muy afinado, a través de la biopsia coriácea y la amniocentesis, para descartar malformaciones. Por otro, el concepto de fertilidad y de embarazo ha evolucionado al disponer de óvulos de dadoras o incluso de óvulos o embriones congelados de la propia mujer. Y por último, las condiciones físicas con las que se llega hoy a la menopausia han mejorado: sabemos que la gestación produce una sobrecarga en el organismo, pero la naturaleza es sabia, y cuando no se encuentra en condiciones de llevar a término el embarazo se produce una expulsión natural. No hay que olvidar que la tasa de abortos se duplica a partir de los 40', precisa Palacios.
Aunque en teoría no hay límites, los 50 años representan en la actualidad una barrera médica y psicológica. 'Es cierto que, con la ayuda de estrógenos y prostaglandinas, la implantación es posible en úteros de mujeres de 60 años e incluso de 70. Teóricamente es posible', reconoce Pedro Barri. Pero ¿hay que hacerlo? 'A partir de los 50 años, el organismo no se adapta bien al embarazo. Además de la gestación en sí, hay otros riesgos, como diabetes asociada o hipertensión. En cualquier caso, hay que individualizar en cada caso', sostiene Pere N. Barri. 'No es lo mismo una mujer sana y en buenas condiciones que alguien con fibromas o con otro tipo de complicaciones. En Dexeus limitamos la implantación de óvulos a los 50 años, una edad no restrictiva que puede oscilar entre los 49 y los 51, pero sin traspasar los 55'. No es fácil superar hoy esa barrera en España. 'De entrada, a esa mujer que frisa los 50 años y que desea ser madre, se le informa de sus posibilidades reales, y en concreto de una dificultad: dada la escasa disponibilidad de óvulos, es más adecuado utilizarlos en mujeres más jóvenes. Hay que tener en cuenta que, al contrario de lo que sucede con el semen, no se dispone aún de óvulos congelados más que en fase experimental', recuerda Barri.
Los perfiles de las mujeres que acuden a los centros de reproducción asistida son diversos, pero las motivaciones se repiten: 'A menudo se trata de parejas que han perdido un hijo, desean de nuevo ser padres y sienten la frustración de que su fertilidad esté descendiendo justamente ahora, después de varios años de haber realizado planificación familiar. En segundo lugar, parejas que se encuentran en su segunda unión y que ha rehecho su vida. Y por último, mujeres solas que no quieren perder su oportunidad de ser madres', explica Barri
Santiago Palacios fue testigo hace años de la maternidad de una mujer de 57 años sin ninguna ayuda hormonal, pero los casos como éste constituyen una rareza estadística. El doctor Palacios no recuerda haber tratado en su instituto a ninguna mujer de más de 50 años con vistas a ser madre, pero no se atreve a fijar límites de edad. La ciencia va tan deprisa que es absurdo fijarlos, dice. 'Hoy los dilemas son filosóficos. Se ha de determinar si algo es natural o no, pero ¿qué es lo natural?', se pregunta. 'En el siglo pasado las mujeres empezaban a tener hijos muy pronto, a los 16 o 17 años, y a los 20 años, teniendo en cuenta la esperanza de vida, se encontraba en la plenitud de la maternidad, en el ecuador de su fecundidad. Hoy, una mujer de 35 años es como entonces una de 20. ¿Por qué no pensar que dentro de 15 lo será la de 45? Hoy mismo, nada impide a una mujer de 40 años congelar sus óvulos para implantárselos a los 52...' , reflexiona. En España esta práctica no está en vigor todavía. Pero no es imposible que una mujer decida preservar una maternidad tardía con óvulos todavía jóvenes, logre guardarlos en una clínica europea y utilizarlos en el momento en que los necesite'.
'Aunque todavía en fase experimental, ya es posible congelar tejido ovárico en mujeres con problemas oncológicos para preservar su capacidad genética si ha perdido su fertilidad tras el tratamiento', informa el doctor Barri. Un avance que también destaca Palacios: 'Además de novedoso, representa una esperanza par las jóvenes aquejadas de leucemia o cualquier otra clase de cáncer. En este caso, se realiza una laparoscopia, se extrae un ovario o parte de él y se congela antes de que la paciente se someta a la quimioterapia. Como la quimioterapia destroza los ovarios, años después, cuando ya está curada, se le reimplanta y así se salvaguarda su opción a la maternidad'.
Madres sin menstruación
Una mujer de 54 años que nunca tuvo la regla ha sido madre de dos hijos tras haber sido tratada por la doctora María Graña, responsable del centro de reproducción Zygos, en Santiago de Compostela. La madre ha decidido amamantar a sus hijos, conforme a los hábitos de la maternidad biológica. Se trata de una maternidad muy tardía lograda a partir de óvulos ajenos, donados por una mujer sana y joven. 'A veces el acceso médico a estas tecnologías es difícil, ya que hay una lista de espera', aclara la doctora Graña. 'Hasta hace pocos años la medicina no podía resolver los problemas de esta paciente. Y aunque en los últimos años se había sometido a tratamientos en otros centros, se decidió ofrecerle otra posibilidad, ya que su estado de salud era bueno'. No es la primera vez que se consiguen embarazos en mujeres sin menstruación. En la clínica Dexeus una mujer en estas condiciones dio a luz a gemelos en 1989. A menudo se trata de mujeres sin ovarios o que nacen con una alteración cromosómica y son estériles. En otros casos, la falta de menstruación es transitoria. Hoy, sin embargo, es posible corregir esos fallos y llevar la naturaleza al terreno de los deseos. La mujer que fue tratada en Zygos recibió óvulos de donante y un tratamiento hormonal para lograr su implantación. Sin embargo, en los casos en los que la infertilidad no se debe a causas ováricas, María Graña utiliza como primera elección la hormona GnRH, idéntica en su composición a la hormona cerebral encargada de impulsar la reproducción humana. 'La función de la GnRH pulsátil es inducir a la paciente a producir su propio ciclo ovulatorio, con lo que se evitan los embarazos múltiples, ya que no se recurre a la hiperestimulación ovárica. La Sociedad Europea de Reproducción Humana recomienda este método para mujeres que no tengan la regla o que la hayan perdido por estrés, anorexia, etcétera. También se utiliza en los hombres para activar la espermatogénesis. En cualquier caso, Graña sostiene que 'no debería fijarse una edad para definir a una mujer como menopáusica, ya que tener menos de 45 años no significa que la mujer esté en edad fértil: la fertilidad desciende progresivamente desde los 30 años, con descensos importantes entre los 35 y 40 y mucho más aún a partir de los 40. Lo que hay que señalar es que una vez que ha cesado la menstruación tras el agotamiento de la reserva de óvulos disponibles, las mujeres que deseen gestar no tienen más alternativa que aceptar ovocitos de donante'.
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