Las muertes en accidentes de carretera disminuyeron un 3,9% el año pasado

La siniestralidad de las carreteras recuperó la tendencia descendente el año pasado, pese a que el mal tiempo de los últimos días de 2001 no permitía confiar en una disminución de la siniestralidad. Entre el 22 y el 23 de diciembre, que coincidió con una gran nevada en el centro de España, fallecieron 51 personas, una cifra récord. Pese a ello, 2001 terminó con un total de 167 accidentes mortales, menos que en 2000, lo que supone un descenso del 4,5%. Tráfico lo atribuye a la concienciación de los conductores propiciada por el debate de la nueva Ley de Seguridad Vial, que entrará en vigor el día 21.

Durante el año pasado disminuyeron los accidentes mortales y el número de personas fallecidas mientras circulaban por carretera, según un informe de la Dirección General de Tráfico (DGT), que ayer facilitó cifras de siniestralidad en base a su seguimiento hasta las 24 horas después de ocurrir los siniestros.

Los accidentes mortales ascendieron a 3.511, lo que supone 167 menos que el año 2000. Los fallecidos prácticamente en el acto descendieron de 4.295 a 4.129, lo que representa una disminución del 3,9%. La misma tendencia a la baja se registró con los heridos de gravedad -que pasaron de 2.217 a 2.099- y los heridos leves, 303 menos que en 2000, lo que supone una reducción del 13,7%.

Estos datos, ofrecidos ayer por la DGT, no tienen en cuenta los fallecimientos registrados en los treinta días posteriores a la fecha del accidente. Son cifras provisionales y que tampoco tienen en cuenta la siniestralidad en las zonas urbanas, que no deja de crecer. Aunque las cifras definitivas sean algo más elevadas, no superarán a las de 2000.

Una de las comunidades autónomas donde más ha descendido la siniestralidad ha sido Cataluña, donde ha disminuido un 11%, precisamente en un año en el que completaba la plena gestión del trafico en todo su territorio. Su responsable, Joan Delort, lo atribuye a la mejora de tramos de carretera considerados puntos negros y a la intensificación de las pruebas de alcoholemia y a los controles de velocidad. El director de la DGT, Carlos Muñoz-Repiso asume esos motivos como coadyuvantes en el descenso de la siniestralidad pero apunta otros. Asegura que durante el último semestre, el debate de la nueva Ley de Seguridad Vial ha trascendido a la opinión pública y ha trasladado a los conductores una mayor sensibilidad hacia normas de conducta más respetuosas. 'Se hacen campañas de prevención de accidentes, pero no tienen tanto impacto como el debate de una ley. Cuando esto ocurre, como en el último semestre, se machaca un día y otro con noticias como que 'nos van a quitar el carné, hay que volver a examinarse' o 'no se puede hablar por teléfono móvil mientras se conduce'. La gente lo comenta y no distingue si la ley ha entrado o no en vigor', afirma Muñoz-Repiso.

En la Dirección General de Tráfico, los resultados de 2001 se valoran en tanto en cuanto el parque automovilístico ha crecido espectacularmente en la última década. Sólo el año pasado se matricularon 1.866.000 automóviles nuevos, con lo que los vehículos circulantes superan los 24 millones al inicio de este año. Eso supone más vehículos y más riesgo, si bien el Ministerio de Fomento rebaja esa cifra de vehículos circulantes a 22 millones porque muchos propietarios no dan de baja a sus vehículos fuera de uso.

Muñoz-Repiso no cree que las estadísticas de Tráfico sobre vehículos dados de baja sean poco fiables o desactualizadas. Durante 2000 se dieron de baja 934.000 vehículos, y más de 800.000 en el año anterior. 'No lo creo, entre otras cosas', explica, 'porque nadie quiere tener a su nombre un vehículo que no usa y por el que debe pagar un impuesto municipal'.

Con todo, los nuevos automóviles también contribuyen a disminuir la siniestralidad porque son mucho más seguros que los antiguos. Prueba de ello es que en los últimos diez años los siniestros en carretera han descendido un 16%, mientras que el parque automovilístico ha crecido un 53% en el mismo periodo.

El leve descenso del número de accidentes ha sido general en la mayor parte de las autonomías, salvo Andalucía, Castilla y León, La Rioja, Baleares y Murcia (un 25% más) que arrojan incrementos de fallecidos, aunque no haya crecido en todos los casos el número de accidentes mortales. En el extremo contrario, encabezan la lista de disminución de accidentes Asturias -donde se han reducido en un 33,9%-, Cantabria, Aragón, Cataluña y Navarra.

El País Vasco, que tiene asumidas las competencias sobre tráfico, mantiene estancada la siniestralidad en sus carreteras.