La entrada de cubanos por Barajas para quedarse en España se triplica

El aeropuerto de Barajas se ha convertido en el punto de entrada de la inmigración irregular cubana. De las 3.273 solicitudes de asilo que tramitó el año pasado la comisaría de Barajas, el 90% fueron presentadas por ciudadanos del país caribeño en escala hacia Moscú, según estimaciones de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Aunque el asilo por motivos humanitarios sólo les concede dos meses para obtener un empleo y regularizar su situación, el Centro Cubano en Madrid asegura que ni uno solo de ellos ha sido repatriado al cumplirse el plazo. Desde septiembre, la llegada de cubanos se ha triplicado.

El fenómeno se ha disparado desde el verano. Las estadísticas del Ministerio del Interior muestran que de las 144 solicitudes presentadas en enero se pasó a 496 en diciembre, más del triple. Sólo en los últimos cuatro meses de 2001 se tramitaron 1.715, casi dos tercios de las registradas durante todo el año. El secretario general de la CEAR, Enrique de Santiago, calcula que el 90% corresponde a cubanos: 'Los que proceden de otros países intentan cruzar el control policial del aeropuerto y solicitar el asilo dentro del territorio nacional. Sólo los cubanos deben pedirlo en Barajas, porque su destino final no es España. Están en tránsito hacia Moscú'.

Para llegar a España, los cubanos se acogen a un viejo convenio entre La Habana y Moscú, gracias al cual pueden desplazarse a Rusia con sólo presentar una carta de invitación firmada por un ciudadano de ese país. No tienen grandes dificultades para hacerse con esos documentos. La vicepresidenta del Centro Cubano en Madrid, María Comella, explica que los facilitan en La Habana mujeres rusas que se casaron con cubanos y se quedaron a vivir en la isla.

Además de la carta, los inmigrantes precisan una buena cantidad de dólares. 'Deben comprar un billete de avión de ida y vuelta a Madrid. La mayoría lo contrata con Air Europa, pero hay quienes lo adquieren en Spanair o en Iberia. También tienen que comprar en Aeroflot un pasaje Madrid-Moscú-Madrid', relata Comella. 'Luego abonan al Gobierno 150 dólares para obtener el permiso de salida, que allí es llamado carta blanca, y otros 100 para legalizar la carta de invitación'.

Cuando desembarcan en Barajas para transbordar al vuelo de Aeroflot, solicitan asilo político. La policía les toma declaración. Luego son sometidos a una segunda entrevista, en la que están asesorados por letrados del turno de extranjería del Colegio de Abogados. La Dirección General de Asilo y Refugio, dependiente de la Delegación del Gobierno para la Extranjería, suele rechazar su petición porque carecen de pruebas que les permitan demostrar su condición de perseguidos. En cambio, les concede asilo humanitario.

El estatuto de asilo humanitario, que abarca a personas cuyos países se hallan en una situación económica de emergencia, les da un plazo de 60 días para encontrar un trabajo y regularizar su situación. La vicepresidenta del Centro Cubano afirma que, a pesar de que la ley establece que si no encuentran empleo serán repatriados, 'hasta el momento ni uno solo de nuestros compatriotas ha sido deportado'.

Tanto la presidenta de la CEAR, Delia Blanco, como la de la asociación colombiana Aesco, Yolanda Villavicencio, consideran que el Gobierno está dispensando a los cubanos un trato discriminatorio en positivo, que debería extenderse a ciudadanos de todos los países. 'Existe una utilización política, en el sentido de que los cubanos vienen de un país con un régimen no apreciado por el Gobierno español. En cambio, los ciudadanos procedentes de naciones como Colombia, en los que ni siquiera está garantizado el derecho a la vida, son rechazados', expone Villavicencio. Blanco está de acuerdo: 'La situación hace pensar que al Gobierno le interesa mucho que haya refugiados cubanos en lugar de inmigrantes'.

Abogados y policías atendían ayer en Barajas a 140 cubanos solicitantes de asilo. Tanto los letrados como los recién llegados alaban la actuación de los agentes, desbordados por una avalancha que no tiene visos de remitir. En La Habana se ha corrido la voz sobre esta vía de entrada en Europa.