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LA NOTICIA EN LA RED

Fiebre de la banca por Internet en Argentina

Las operaciones electrónicas se han triplicado en diciembre de 2001 a causa de las limitaciones sobre la retirada de efectivo impuestas por el Gobierno del ex presidente Fernando de la Rúa.

El nuevo gobierno ha traído a los argentinos otra moneda más: el argentino, mientras el anterior les ha dejado encerrados en un corralito. Así es como llaman a las restricciones económicas impuestas por el gabinete del ex presidente Fernando de la Rúa, que limitan a 1.000 dólares (unas 180.000 pesetas, unos 1.139 euros) el efectivo que se puede retirar mensualmente de las cuentas de ahorro.

Los bancos electrónicos han visto un aumento explosivo de las visitas, el número de operaciones y las altas para operar en línea, triplicándose o cuadriplicándose en muchos casos, según los responsables de varias entidades de la Red.

Ante la falta de dinero en efectivo -que ha acabado en 'el exterior o en el colchón'- buena parte de los argentinos se han visto obligados a vencer su rechazo a las operaciones electrónicas (realizadas con tarjetas o mediante banca por Internet). Como ejemplo, Eduardo González Dalton menciona que muchos compatriotas suyos retiran de una vez el sueldo mensual del banco o también lo inusual que resulta domiciliar las facturas, lo que se traduce en un uso constante de dinero en efectivo. 'Es muy común que la gente retire de un cajero en un supermercado el dinero con su tarjeta, en lugar de pagar con ella', señala González Dalton, gerente de banca electrónica del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Banpro). En la primera quincena de diciembre, su banco ha abierto 200.000 nuevas cuentas.

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Así que las restricciones económicas dejadas por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, en un país acosado por una deuda de 130.000 millones de dólares (148.000 millones de euros), ha empujado a muchos argentinos a visitar en la Red su banco habitual, para ahorrarse enojosas esperas ante las sucursales de ladrillo y para estirar todo el efectivo de que pueden disponer. Las operaciones electrónicas en las que el papel queda fuera de la vista (pagos de facturas, impuestos...) no cuentan para el montante de 250 dólares semanales.

'Esta bancarización obligada ha hecho descubrir este tipo de canales que no se conocían', señala González Dalton.

El Banpro debe de haber duplicado el número de usuarios durante el mes de diciembre, según sus estimaciones. 'Habíamos pensado hacer una campaña publicitaria durante estas fechas, pero no ha hecho ninguna falta', señala con cierta ironía.

Al Banco de Río le ha ocurrido lo mismo en su sucursal de Internet. 'El número de transacciones se ha multiplicado por tres', señala su responsable, Luis Aragón. La avalancha de usuarios les obligó a reaccionar tras conocerse las restricciones económicas. Cambiaron la página del banco para ofrecer una 'más ágil'.

Algunos bancos han respondido ofreciendo nuevos servicios como la apertura de una cuenta desde el ordenador (Banco de Río), que sólo hay que rematar al final en una sucursal de la calle o, desde principios de diciembre en el Banpro, darse de alta en una tarjeta de débito que después envían a casa. La información sobre las medidas económicas del gobierno destinada a los clientes ocupa un lugar destacado en sus páginas principales.

Otro de los servicios que algunas entidades (Banco Credicoop, por ejemplo) comienzan a ofrecer es la posibilidad de realizar transferencias en Internet a otras entidades. 'En enero los bancos ofreceremos la posibilidad de transferencias online', señala el responsable de Banco de Río en Internet.

'Se está viendo en semanas una transformación que llevaría años', opina Luis Aragón. En los primeros 15 días de diciembre, el número de páginas vistas a diario de su banco triplicó al habitual hasta llegar a las 120.000, 'un aumento de tres o cuatro veces era impensable', señala el directivo quien considera que 'en banca online lo difícil es dar el primer paso, una vez que el cliente se acostumbra no la abandona'.

'La bancarización masiva diminuirá cuando empiece a circular el argentino', señala González Dalton convencido, sin embargo, de que muchos de estos clientes continuarán haciendo sus operaciones en línea: 'el cliente que entra en Internet no sale después'.

Opinión compartida por el responsable de eGalicia, sucursal en Internet del Banco de Galicia, Hernán Mattiussi, para quien 'esto ha conseguido que se venza ese temor cultural de la gente para usar los medios electrónicos'. Una vez que uno entra 'ya no lo deja'. El número de accesos a eGalicia se ha cuadruplicado en la primera quincena de diciembre, según sus datos.

Un grupo de personas hacen cola para entrar en el Banco Río, filial del SCH en Buenos Aires (Argentina).
Un grupo de personas hacen cola para entrar en el Banco Río, filial del SCH en Buenos Aires (Argentina).REUTERS

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