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Las nuevas mutaciones del virus del sida aumentan su resistencia a los fármacos

Un estudio revela que el AZT ya no es eficaz en el 10% de los nuevos casos de contagio

El 90% de los infectados por el sida no tiene acceso a medicamentos porque vive en países pobres. Pero el 10% restante tiene una amenaza: que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se haga resistente a los cócteles de fármacos. Y eso es lo que está pasando. Un estudio del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (Estados Unidos) ha descubierto que cerca del 10% de los nuevos contagios se debía a virus mutados que ya eran resistentes a la zidovudina (el popular antiviral AZT) aun antes de que el paciente empezara a medicarse.

'Si una persona que acaba de contagiarse tiene un tipo de virus que es resistente a la zidovudina antes de tomar esta medicación, es porque la cepa que le infectó ya era resistente', explica el virólogo español Juan Gerardo García Lerma, del CDC de Atlanta, autor del estudio que ha sido publicado por la revista de la Academia de Ciencias de EE UU, Proceedings of tha National Academy of Sciences.

García Lerma y sus colaboradores han investigado 630 casos de nuevos contagios entre personas que no tomaban ningún tipo de medicamento antiviral. La explicación a la resistencia a la zidovudina -que puede detectarse analizando el genoma del virus- se debe a que no se han infectado por lo que se conoce como tipo 'salvaje' del virus, que es el que se da en la naturaleza. 'Estas personas han recibido un virus ya mutado porque ha estado con anterioridad en contacto con el medicamento', afirma el virólogo español.

La zidovudina fue el primer medicamento que se descubrió contra el sida. Se comercializó como Retrovir a mediados de los ochenta. 'En tan sólo 15 años, el 10% de los virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) presenta mutaciones que lo hacen resistente a este tratamiento', lo que indica su rápida propagación, indican los científicos.

Pero además, hay otro porcentaje (alrededor del 3,5% de los casos estudiados) en que el virus presenta una mutación que lo 'predispone' a la resistencia, según García Lerma. Esto quiere decir que, aunque no es resistente, se trata de una forma 'intermedia' que en algún momento ha estado en contacto con el fármaco y 'recuerda' cómo debe cambiar para defenderse. Las resistencias no son sólo un peligro para los casos de nuevos contagios. Los pacientes de los países ricos deben cambiar periódicamente la combinación de fármacos que toman ante su aparición. De hecho, un estudio todavía no publicado de la Universidad de California en San Diego indica que el 75% de los casos de fracaso terapéutico se debe a que el enfermo va agotando las posibilidades que dan las tres familias de antivirales actualmente aprobadas por la Agencia de la Alimentación y el Medicamento estadounidense (inhibidores de la transcriptasa -nucleósidos o no- o inhibidores de la proteasa). 'Ya no existe tratamiento para un número creciente de pacientes', indicó el director del estudio, Douglas Richman.

La propagación de las resistencias indica, además de la gran capacidad de mutación del virus, que en los países desarrollados existe una 'sensación de seguridad', según Onusida. Por ello, se abandonan las prácticas de protección. Esta falsa tranquilidad se da 'sobre todo en jóvenes que no han vivido la mortalidad debido al sida y que creen que la enfermedad es curable', indica Onusida.

Además de las resistencias, los enfermos de sida de los países desarrollados se enfrentan a otros peligros, como los efectos secundarios de los medicamentos y la prevalencia de enfermedades asociadas. Un estudio de los médicos de la unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital Gregorio Marañón de Madrid Juan Berenguer y Juan Carlos López Bernaldo de Quirós señala que un 10% de los ingresos hospitalarios de enfermos de sida se debe a la hepatitis C. Según el libro Hepatitis C en pacientes infectados por VIH de estos dos autores, aproximadamente el 90% de los enfermos que se contagiaron por compartir jeringuillas y el 5% de los enfermos que se infectaron por otras causas son portadores del virus de la hepatitis C (VHC). 'La mayor supervivencia de los enfermos de VIH ha favorecido la latencia del VHC, que se sitúa en unos 20 años', declaró Berenguer. 'De esta forma, se calcula que en 2015 se registrarán las cifras máximas de afectación', indicó.

Carteles anunciadores de la Cumbre del Sida en Durban (Suráfrica) en 2000.
Carteles anunciadores de la Cumbre del Sida en Durban (Suráfrica) en 2000.AP

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