Cambio euros por calor

Yo creía que con la llegada del euro tendría algunos problemillas: leer el saldo en mi extracto bancario, dividir una cuenta de restaurante por 3, comprar 400 gramos de tomates, calcular mentalmente al volante, tal como describía ayer mismo un estudio. ¡Pero no conocía las oscuras y heladas consecuencias que el euro puede tener en nuestras vidas!

En efecto, ayer mismo descubrí que además el euro cambiaría mi Nochevieja y muchos días más al ir a hablar con los de Gas Natural. Con el certificado de instalación de gas debidamente rellenado y firmado entre mis manos, me presenté en las oficinas para pedir que me dieran el alta. Esto, evidentemente, con la única intención de poder disfrutar de calefacción y de agua caliente, solicitud que me parece en Europa y en el casi 2002 de lo más natural del mundo, y -se me olvidaba- en invierno ¡y con el frío que hace!

Respuesta: imposible hasta el 2 de enero. ¿Por qué? ¡El euro! Tanto bug y año 2000 y ahora que viene el euro, ¿me tengo que congelar en mi casa? Pero allí no se acaba la cosa. Después de discusiones desesperantes, tras un atasco de una hora y pico, me dijeron que no me daban el alta el 2, sino que tendría que volver esa misma fecha (ese día seguro que no habrá cola además...) para solicitarla nuevamente, ya que no se pueden hacer pedidos con un simple papel y un lápiz y que tardarían 10 días... o 15, o 20: 'no, no le podemos garantizar nada porque en estas fechas...'. ¡Claro, como en estas fechas el asfalto se derrite de calor! A ver qué pasa el día en el que realmente salte todo y nos quedamos sin luz y sin máquinas. Se nos ha olvidado a todos que hace apenas 10 años a lo mejor sólo trabajábamos de esa manera y que sigue siendo la base de todo. A lo mejor la gente ya no sabe ni siquiera escribir una carta sin faltas, pero lo de coger mis datos, la dirección y mi solicitud... no, no eso es imposible. 'Lo sentimos, señora; así es la vida...'.

Último detalle digno de mencionar: 'que, por favor, viniese con mis datos bancarios debidamente verificados'. Yo me voy a esperar 15 días congelada en mi casa a que por fin me den el alta. ¡Sin embargo, ellos, para cobrar, no se esperan ni siquiera que pase el año!

Nada más, sólo añadir que sabía que el euro cambiaría mi vida, pero no sospechaba que dicha moneda me impediría tener calor en estas fechas. Acabar recordando que las máquinas y la técnica tendrían que estar al servicio del hombre, y no al contrario. Sin poder soñar todavía con una liberalización total de dicho mercado, a ver si los Reyes Magos le traen algún ejemplar de Kant a Gas Natural.