Nadie quiere asumir la responsabilidad de la catástrofe
La culpa, como siempre, se queda soltera. Tanto las autoridades municipales como los propios comerciantes, se responsabilizan mutuamente de las causas del incendio de la noche del sábado en Lima.
La jefa de la dirección municipal de fiscalización y control del Ayuntamiento de Lima, Gabriela Adrianzén, culpó a los propietarios de los distintos puestos de las galerías de haber provocado el incendio, por mantener almacenados artefactos pirotécnicos cuya venta es ilegal.
Por su parte, Otto Carrasco, dueño de una tienda, responsabilizó directamente a las autoridades municipales por permitir la venta informal de los famosos cohetes y cohetones, al clasificarlos como 'no detonantes'. La verdad, dice Carrasco, es que 'todos los productos pirotécnicos son detonantes y los municipales permitieron su venta en las calles'. Carrasco ha perdido tres tiendas, ubicadas en un centro comercial del jirón Cusco, en el centro de Lima.
El hecho es que las incautaciones de productos pirotécnicos, realizadas por las autoridades municipales en los últimos cuatro días, fue más que deficiente. Un testimonio de la propia directora municipal lo pone de manifiesto: 'Los días 22, 23 y 24 pasados la situación se volvió incontrolable. La afluencia de público y comerciantes hizo imposible evitar que se vendieran estos artefactos, cuya comercialización aumentó en un 50%', dijo Adrianzén.
Otro elemento que actuó en contra, según la autoridad municipal, fue la falta de apoyo policial en las incautaciones. El ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, rechazó las acusaciones.
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